A los 2 años le diagnosticaron autismo moderado, dejó de hablar y se puso a aprender cálculo, álgebra, geometría y trigonometría por su propia cuenta. Y según cuenta su madre, Kristine Barnett, cuando Jake recuperó el habla, aprendió cuatro idiomas.
Sus padres se dieron cuenta enseguida de que Jacob completaba cuadernos de notas con dibujos de formas geométricas complejas y cálculos. A los 3 años, Jake estaba resolviendo rompecabezas 5.000 piezas e incluso estudió un mapa de carreteras del Estado, recitando todas las carreteras y el prefijo de la placa de memoria. Y cuando cumplió 8 años, empezó a asistir a las clases de astrofísica avanzada de la IUPUI (la Universidad de Indiana en Indianápolis).
Ahora, debido a su insomnio, el chico aprovecha las noches para tratar de desacreditar la teoría del Big Bang. Pero desde hace cuatro años también aspira a completar ersión ampliada de la teoría de la relatividad de Einstein.
Su madre decidió entonces enviar un video de su teoría al famoso Instituto de Estudios Avanzados, cerca de la Universidad de Princeton. El profesor de astrofísica del Instituto, Scott Tremaine, confirmó la autenticidad de la teoría de Jake y en un correo electrónico a la familia Barnett escribió: “Estoy impresionado por su interés en la física y la cantidad de material que ha aprendido hasta ahora. La teoría en la que él está trabajando involucra varios de los problemas más difíciles de la astrofísica y física teórica. Cualquier persona que los resuelve estará en la línea de recibir un premio Nobel”.