Con frecuencia se cuestionan los datos estadísticos que ofrecen los economistas, la razón fundamental que se argumenta, que las personas no se encuentran representadas en ellos, entonces, ¿cuál sería la solución para mitigar la duda?. Intentémoslo, la economía se divide en dos grandes ramas, la macroeconomía y la microeconomía, en la primera los datos son extraídos básicamente de dos fuentes, los registros sistemáticos de los hechos económicos que son agrupados en forma homogénea y los que se extraen de encuestas; los segundos se obtienen desde las unidades económicas y no son agrupados por sectores.
Desde que la economía quedó fortalecida con la matemática y la estadística, cada vez son más los esfuerzos para elevar la calidad de los datos, de hecho se ha avanzado lo suficiente; sin embargo, dada la naturaleza macroeconómica de los datos que comúnmente se exponen en los medios de comunicación, estos nunca podrán representar a cada una de las personas que le albergan dudas, pues se trata de datos agregados, no individuales y como tales la condición microeconómica puede quedar no representada.
De todas formas, las informaciones macroeconómicas no dejan de ser consistentes, válidas, sistemáticas, oportunas y con tendencia a acercarse a lo exacto; por eso, cuando se habla de un dato per cápita, el desafío técnico está en la recolección de la información y en su procesamiento.
En estos días que al Caribe y particularmente la República Dominicana, se vio afectada por varios fenómenos naturales, como los huracanes Irma y María, ambos azotaron con fuerza a varias economías de la región. Sobre su impacto económico aún es prematuro ofrecer con grado de exactitud alguna información, pues se requiere de una evaluación rigurosa; sin embargo, en términos de estimación rápida se puede decir el costo económico que ha tenido para el país cuando se declara no laborable, es de alrededor de RD$10 mil millones de pesos.
A partir del dato me motivé a escribir acerca del PIB por trabajador, esto es, lo que producen todos aquellos dominicanos que laboran, incluso los que no lo son, pero residen y trabajan en el país en los sectores informal o formal de la economía. Tal vez cuando el lector lea el dato podría decir que no produce eso, ya sea por su condición de desempleado o subempleado, a ellos les digo que esa explicación se la debo para cuando aborde el tema desde la perspectiva de la Ley de Okum, que es la que permite asociar el PIB y la tasa de desempleo.
Por el momento la idea es aportar el dato del PIB por trabajador y realizar algunas consideraciones con los índices de libertad económica y de percepción de la corrupción. Respecto al indicador del PIB/trabajador, en el país había a diciembre de 2016 un total de 4,352,730 personas laborando en las distintas actividades productivas y comerciales, el PIB alcanzó un monto de US$71,654 millones, para un valor por cada trabajador de US$16,462 al año.
En 2008 el valor de lo que produjo cada trabajador fue de US$13,767 y en 2000 de US$8,207, representando un aumento absoluto en los 16 años transcurridos entre 2000 y 2016 de US$8,255, una muestra no solo de crecimiento económico por el lado del PIB; sino también por el lado de cada una de las personas empleadas en el mercado laboral nacional.
Sobre el tema, algunas publicaciones de expertos recogen exámenes donde asocian el indicador PIB/trabajador con los índices de libertad económica y de percepción de la corrupción, en donde se llega a la conclusión de que en los países con bajo y nulo progreso en el índice de libertad económica y alto nivel de corrupción, la relación del PIB por trabajador se hace menor.
De acuerdo con los resultados del Índice de Libertad Económica, la República Dominicana en 2000 obtuvo un puntaje de 59, en 2008 de 58 y en 2016 de 61, en una escala de 0 al 100, donde el 0 es la peor posición y el 100 la mejor, esto sugiere que el país ha ganado algo de espacio.
Respecto al Índice de Percepción de la Corrupción, el país para 2000 y 2016 registró una puntuación de 3.1 y en 2008 de 3.0, dentro de la escala de 1 a 10, siendo la mejor el 10 y la más negativa el 1, los datos revelan que no ha habido progreso en el tema de la transparencia.
Al asociar el indicador de la libertad económica con el coeficiente PIB/trabajador, muestra una alineación positiva de crecimiento, por lo que la hipótesis planteada encuentra respaldo en la experiencia dominicana; en cambio, con el de la percepción de la corrupción no se encuentra evidencia como para sustentar que la poca transparencia o estancamiento afecte el desempeño de la relación PIB/trabajador, ya que éste ha crecido, mientras su par ha estado estancado.
En términos de generación de riquezas en la economía de un país, el indicador del PIB por trabajador representa una mejor muestra que otros, como el PIB per cápita, de uso generalizado en los análisis económicos.