Por Miguel Collado
En torno al vil asesinato de las hermanas Mirabal, ocurrido la noche del 25 de noviembre de 1960, existe abundante información oral y dispersa en publicaciones periódicas ―diarios, revistas, suplementos y en medios virtuales―, pero hay una escasa bibliografía que trate el tema de manera exclusiva. Recoger todo ese material en volumen es una tarea pendiente para historiadores y estudiosos del tema, incluso para los narradores con proyectos novelísticos inspirados en ese trágico acontecimiento.
Una de las primeras publicaciones en la que aparece un texto elegíaco rindiendo tributo a la memoria de las hermanas Mirabal es 4 poemas heroicos: un ensayo-discurso (1962), obra editada bajo el cuidado de Aída Cartagena Portalatín, quien dirigía las Ediciones Brigadas Dominicanas. Marcio Veloz Maggiolo es el autor del texto poético “Salmo heroico a las hermanas Mirabal” recogido en ese volumen. Transcribimos un fragmento:
Vedlas. ¿Flotan o no?… Visión de oro,
las Mirabal no han muerto.
Visión de eternidad,
las Mirabal perennes”.
Sonido de la patria,
su nombre es como un himno
que aprendan los niños,
que aprendan los pájaros,
que murmuran los ríos
las rocas polvorientas,
el polvo mismo.
Pero es a partir de la década de los 70s que comienzan a ver la luz pública obras de carácter histórico cuyo tema exclusivo es el del crimen contra las hermanas Mirabal: Las Mirabal (1976), de Ramón Alberto Ferreras; Minerva Mirabal: Historia de una heroína (1982), de William Galván; Tres heroínas y un tirano. La historia verídica de las Hermanas Mirabal y su asesinato por Rafael Leonidas Trujillo (1996), de Miguel Aquino García; Las heroínas de Salcedo en un Ojo de Agua (1997) de Alcibíades Cruz González; y Minerva Mirabal: la revolucionaria (2000), de Roberto Cassá.
Un hecho bibliográfico importante es el siguiente: en el año 2000 es editada, bajo el auspicio del Comisionado de Apoyo a la Reforma y Modernización de la Justicia, la tesis de grado de Minerva Mirabal: Principio de la irretroactividad de las leyes y la jurisprudencia dominicana. La segunda en edad de las tres hermanas Mirabal asesinadas obtuvo en 1957 el título de Doctora en Derecho por la Universidad de Santo Domingo, graduándose Summa Cum Laude. A esta tesis se refiere el doctor Luis Scheker Ortiz en su artículo “De la reelección y la irretroactividad de las leyes” (Revista [A]hora, 15 de julio de 2002): “Por su contenido, su exposición metodológica, su desarrollo y sus conclusiones, mereció la calificación de sobresaliente, habiendo sido el jurado examinador integrado por tres notables juristas”.
En lo que va del siglo XXI han visto la luz pública ―hasta donde sabemos― los siguientes títulos: Asesinato de las hermanas Mirabal y ajusticiamiento de Trujillo (2003), de Etzel Báez; Heroínas nacionales: María Trinidad Sánchez, Salomé Ureña y Minerva Mirabal (2007), de Roberto Cassá; y Vivas en su jardín. Memorias (2009), de Dedé Mirabal, única hermana viva de las heroicas muchachas de Salcedo. “Quedé viva para contarles la historia”, confiesa ella.
Ahora bien, de manera episódica o tangencial el tema de las tres hermanas Mirabal asesinadas es tocado ―en libros y en enjundiosos artículos― por diversos investigadores: Franklin J. Franco Pichardo, Juan Daniel Balcácer, Emilio Cordero Michel, Bernardo Vega, Euclides Gutiérrez Félix, José Luis Sáez, Lauro Capdevila, Frank Moya Pons, Juan José Ayuso, Jaime de Jesús Domínguez, Mu-kien Adriana Sang Ben, Víctor Grimaldi y Juan Francisco Martínez Almánzar y otros.
Citaremos a algunos de ellos para que la juventud dominicana de hoy ―carente de una clara visión de lo que fue la nefasta Era de Trujillo― pueda hacerse una idea de la bestialidad con la que actuaba el trujillismo contra todo aquel dominicano o aquella dominicana que tuviera la valentía de disentir del oprobioso régimen:
El historiador Franco Pichardo, en su obra Historia del pueblo dominicano (1992) comenta el censurable crimen del siguiente modo:
“…el 25 de noviembre de 1960, sicarios del Servicio de Inteligencia Militar asesinaron a garrotazos, en una carretera que conduce a Puerta Plata […], a tres hermanas de la familia Mirabal: la doctora Minerva Mirabal de Tavárez, Patria Mirabal de González y María Teresa Mirabal de Guzmán, y a Rufino de la Cruz, su chofer”. Y sigue relatando: “Para simular un accidente, los cuerpos fueron introducidos en el propio vehículo en que viajaban, el cual fue arrojado por un precipicio. Este horrendo hecho sacudió profundamente la conciencia de todo el pueblo y originó una verdadera conmoción internacional”.
En Trujillo: el tiranicidio de 1961 (2007) Balcácer señala lo siguiente:
“El abominable asesinato de las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, en noviembre de 1960, fue uno de los sucesos de mayor impacto en la psiquis de aquellas mujeres que respaldaron a los hombres que ajustaron cuentas con Trujillo. Ese crimen horrendo, perpetrado por el Gobierno y su cáfila de matones, fue otra demostración inequívoca de que no sólo los hombres combatían la dictadura; que también mujeres, quienes, además de cumplir con sus deberes en el hogar y en la formación educacional de sus hijos, abogaban militantemente por la supresión de la dictadura y por el establecimiento de un régimen de derecho y libertades públicas”.
Gutiérrez Félix, en su obra Trujillo: monarca sin corona (2008) dice:
“Ese crimen de las jóvenes mujeres y su acompañante y vecino, que no tuvo justificación ni explicación política, conmovió todos los sectores de la familia dominicana”. Y luego agrega: “A personas ligadas por vínculos familiares y de gratitud personal a la figura de Trujillo y a sus más allegados colaboradores y parientes, el crimen les pareció monstruoso”.
Sang Ben afirma que “Uno de los crímenes de la dictadura que más ha calado en la conciencia y la memoria colectiva fue el de las tres hermanas Mirabal: Patria, Minerva y María Teresa…”. Lo hace en su texto histórico-didáctico Historia dominicana. Ayer y hoy (1999).
El español Sáez, en La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo 1930-1961 (2008): “En una emboscada, en la mansión de ´La Cumbre´, a su regreso de Puerto Plata, caen asesinadas las hermanas Patria, Minerva y María Teresa y su chofer Rufino de la Cruz”.
Eduardo Galeano, uruguayo que alcanzó gran notoriedad intelectual en el mundo hispano con Las venas abiertas de América Latina (1971), también hace referencia al tema de las hermanas Mirabal:
“La grandeza del sacrificio de esas mujeres, que pone en evidencia el mezquino tamaño de una dictadura de opereta, sigue multiplicando, así que pasen los años, la admiración y la curiosidad de mucha gente, en muchos lugares” (Contracubierta de Vivas en su jardín. Memorias, de Dedé Mirabal; edición de 2010).
Por su lado, el francés Capdevila, en La dictadura de Trujillo, República Dominicana 1930-1961 (2 ed. en español, 2010) asevera que: “Ese asesinato múltiple rompió los lazos que todavía podía mantener con la sociedad dominicana el régimen trujillista”.
Moya Pons, en su Manual de historia dominicana (1977), señala:
«…Muchos dominicanos fueron asesinados en 1960, entre ellos tres hermanas de la sección de Conuco, Salcedo, pertenecientes a la respetada familia Mirabal, cuyos esposos estaban encarcelados por participar en la conspiración originada por la invasión del 14 de junio del año anterior. El asesinato de las Hermanas Mirabal, ocurrido el 25 de noviembre de 1960, colmó los ánimos de la gente sensata y decente contra Trujillo y acrecentó la atmósfera de profunda animadversión que ya existía contra el Gobierno» (8 ed., 1984, p. 523).
Más recientemente, el periodista Ayuso, en Lucha contra Trujillo 1930-1961 (2010), comenta:
“De todos los caídos a lo largo de los treintiún años de la tiranía de Trujillo, el asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal ha sido al que más atención se le ha dedicado en los últimos cuarenta y nueve años. [Este] fue un hecho que levantó entonces la indignación de todas las clases del país, que galvanizó el definitivo sentimiento de protesta y que desde entonces mantiene un sabor muy amargo en el recuerdo de los dominicanos” (p. 324).
En Tumbaron al Jefe (1985) Grimaldi señala:
“El asesinato de las hermanas Mirabal le puso la tapa al pomo. Un crimen de esa naturaleza no se había producido, de manera tan provocativa, agresiva y abierta, en los 31 años del régimen de Trujillo. Tres damas de una familia distinguida y apreciada, con tradición de trabajo y de honradez en toda la región del Cibao”.
En su blog, Herbert Pérez nos ofrece un testimonio espeluznante de uno de los asesinos:
“He aquí la fría narración de uno de sus autores: ‘Después de apresarlas —narra Ciriaco de la Rosa— las condujimos al sitio cerca del abismo, donde ordené a Rojas Lora que cogiera palos y se llevara a una de las muchachas.
Cumplió la orden en el acto y se llevó a una de ellas, la de las trenzas largas (María Teresa). Alfonso Cruz Valerio eligió a la más alta (Minerva), yo elegí a la más bajita y gordita (Patria) y Malleta, al chofer, Rufino de La Cruz. Ordené a cada uno que se internara en un cañaveral a orillas de la carretera, separadas todas para que las víctimas no presenciaran la ejecución de cada una de ellas’”. (“Historia de las hermanas Mirabal”, disponible en la siguiente dirección de la Internet: http://www.heberth25.tripod.com/id16.html).
Ficción y cine. Es importante consignar que tanto en la literatura de ficción como en el cine la lucha heroica librada contra la tiranía trujillista por Las Mariposas ―nombre secreto de Minerva en su clandestinidad política― ha fascinado a los creadores.
La bibliografía en este aspecto es amplia, especialmente en la narrativa. En 1995 la novelista dominicana Julia Álvarez se inspiró en las Mirabal para escribir su exitosa novela En el tiempo de las mariposas, llevada al cine en 2001 bajo la dirección del director español Mariano Barroso.
En la novela La fiesta del Chivo (2000), del Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, el asesinato de tres de las cuatro hermanas Mirabal es un referente dentro de la historia contada, desde la perspectiva ficcional, por el brillante narrador y ensayista peruano. En el capítulo IX aparece el personaje Antonio Imbert, uno de los conspiradores contra el tirano, haciendo un recuento de los crímenes cometidos por el régimen, incluyendo el de las Mirabal:
“Y, el 25 de noviembre de 1960 ―Imbert sintió aquel aguijón en el pecho, inevitable cada vez que recordaba el lúgubre día―, el asesinato de las tres hermanas, Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, y del chofer que las conducía, en La Cumbre, en lo alto de la cordillera septentrional, cuando regresaban de visitar a los maridos de Minerva y María Teresa, encarcelados en la fortaleza de Puerto Plata” (p. 190).
En 2005 esa novela fue llevada al cine bajo la dirección del también peruano Luis Llosa. En ella actúa el actor dominicano Pericles Mejía, quien desempeña el rol de Joaquín Balaguer, intelectual al servicio de la dictadura trujillista. Otros montajes cinematográficos basados en el asesinato de las Mirabal son: Oriundos de la noche (2007), docu-drama dirigido por el español Javier Balaguer; Crimen (2008), dirigida y escrita por el cineasta dominicano Etzel Báez; y Trópico de cáncer (2009), del director dominicano Juan Deláncer. En esta última película hace de Minerva Mirabal la famosa actriz domínico-estadounidense Michelle Rodríguez.
En 1999 Fiume Gómez Sánchez editó la antología poética Minerva, Patria y María Teresa: Heroínas y mártires (1999). Hay poemas de Aída Cartagena Portalatín, Grey Coiscou Guzmán, Abelardo Vicioso, Pedro Mir, Carmen Natalia y Juan Sánchez Lamouth, entre otros. Incluye el poema “Amén de Mariposas”, de Mir, y un poema épico de gran belleza de la autoría de Sánchez Lamouth: “Elegía en memoria de las hermanas Mirabal”. A continuación, un fragmento:
Cayeron tres estrellas
detrás de la montaña
con un ramo de Patria
entre las manos.
Hoy se abren todos
los corazones para sentir
la flor de sus recuerdos.
Oh, innumerable forma de la muerte
mejor hubiera sido
en vez de la masacre
que este antillano mar
hubiese hundido
este poco de América.
Esa antología reproduce el artículo “Las hermanas Mirabal fueron asesinadas a palos en un cañaveral” de Emma Tavárez Justo, publicado el 25 de noviembre de 1974 en la revista ¡Ahora! Emma, cuñada de Minerva, describe el abominable crimen así:
“Atadas, lucharon desesperadamente forcejeando con los hombres sin rostros que las sujetaban.
Los golpes caían brutales, acercándolas segundo a segundo a la muerte; sangre tibia y silenciosa corría empapando sus ropas y desprendiéndose lentamente mojaba la tierra del cañaveral. Quedaron inconscientes. Fueron llevadas al jeep y lanzadas al precipicio”.
Textos de narrativa breve cuya temática es el asesinato de las Mirabal son: Un viaje hacia la muerte (2007), de Aglae Echavarría; Las maripositas Mirabal (2007), de Johanna Goede; y Minerva Mirabal. La Mariposa (2010), de Farid Kury.
Dos obras dramáticas publicadas en volumen y referidas a ese hecho: ¡Yo soy Minerva! Confesiones más allá´ de la vida y la muerte (2003), de Mu-Kien Sang Ben; y Minerva y Manolo: amor y lucha (2005), de Dinorah Coronado. Ambos dramas fueron representados en 2006.
La pieza teatral Las huellas de las Mariposas será representada el martes 30 de noviembre de 2010 en el Aula Magna de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), bajo la producción y dirección del dramaturgo Juan María Almonte como parte del programa de actividades conmemorativas del 50 aniversario de la triste efeméride.
En síntesis, el horrendo crimen del que fueron víctimas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal consternó a la sociedad dominicana de entonces, concitando, a la vez, el repudio internacional y siendo motivo para que, 39 años después, la UNESCO declarara el 25 de noviembre “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, decisión contenida en la Resolución 50-134, de fecha 17 de diciembre de 1999, emitida por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
El próximo jueves 25 de noviembre de 2010, al cumplirse el quincuagésimo aniversario de ese sangriento acontecimiento, todos los dominicanos deberíamos rendirle tributo a la memoria de esas tres Heroínas Nacionales y reflexionar sobre lo peligroso y vergonzoso que sería para la nación dominicana el resurgimiento de un régimen que ultrajó, durante 31 años, la dignidad del pueblo dominicano.
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*Publicado en el suplemento cultural Areíto del diario Hoy (Santo Domingo) el día 20 de noviembre de 2010 con ocasión de conmemorarse el 50 aniversario del asesinato de las tres hermanas Mirabal: Patria, Minerva y María Teresa. Reproducido en mi libro Entorno a la literatura dominicana: apuntes bibliográficos, literarios y culturales (2013).
Sonia Silvestre canta a las Mirabal: