El portugués conquista en París su quinto galardón, el segundo consecutivo, e iguala a Leo Messi como el jugador más laureado de la historia del fútbol
Cristiano Ronaldo conquistó este jueves en París el Balón de Oro 2017, el segundo consecutivo, el quinto en su carrera para situarse junto a Leo Messi como el jugador más laureado de la historia. Tal y como se preveía, los títulos de Liga y Champions y su papel fundamental para que Portugal alcanzase una plaza en el Mundial de Rusia fueron motivos suficientes para que el galardón que entrega la revista France Football acabase en las manos del delantero del Real Madrid. Por detrás de CR, también como se esperaba, finalizó Messi, su eterno competidor y a la vez compañero en un duopolio futbolístico que tras una década de vigencia puede confirmarse ya como el más trascedente que se recuerde en el mundo del fútbol. Completó el podio el brasileño Neymar Jr, el fichaje más caro de todos, que repitió la tercera posición de 2015. Ninguno de los dos apareció por una gala que parecía escrupulosamente preparada por y para su triunfador.
Engalanado con un impoluto traje azul oscuro, la silueta del luso, reconocido como el mejor con 946 votos por un jurado de 176 periodistas de todo el mundo, se atisbó por primera vez en la gala a las 20.00. De espaldas, situado en las entrañas de uno de los niveles de una Torre Eiffel teñida de luces doradas para la ocasión, apareció Cristiano. Iluminado y con su Balón de Oro en la mano derecha, se giró el portugués, tremendamente sonriente, liberado, luciendo un cinco primero y señalando después con el dedo índice de la otra mano su histórico trofeo. «Estoy muy contento. Llevo mucho tiempo esperando esto. Hicimos un año estupendo, ganamos la Liga y la Copa de Europa y personalmente he sido el máximo goleador de la Champions. Los trofeos ayudan a ganar este galardón, por eso se lo agradezco a mis compañeros y a todos los que que me ayudan a estar en forma», dijo el luso tras recoger el premio.
En la primera plana de la ceremonia más cómoda posible para el triunfador solo hubo cabida para sus más allegados. Ni allí se hizo un esfuerzo para tratar de ocultar mínimamente el triunfo del delantero, que estuvo escoltado de cerca por los suyos, situados previamente en las primeras filas. A bordo de su lujoso jet privado, el siete puso rumbo a París junto a su madre, Dolores Aveiro, sus hermanos Hugo, Katia y Elma, su hijo mayor, Cristiano Jr, y su novia, Georgina Rodríguez. No quiso perderse el momento más triunfal de su muchacho de oro el agente Jorge Mendes. Tampoco Florentino Pérez. Prácticamente todos tuvieron su momento para alabar al vencedor. Primero fue el turno de su madre y su vástago y después del presidente Pérez. «Estoy muy contento por todos los madridistas. Es un honor. Cristiano tiene todos los valores del club, el respeto, el esfuerzo… Es el más completo de la historia después de Di Stéfano», aseguró el dirigente desde el escenario.
Poco o nada se habló de algo que no fuera CR y el Real Madrid en una gala con más tintes de homenaje al jugador y al club blanco que de una fiesta futbolística. Apenas hubo rastro ni siquiera de Messi. Diez años después de que el argentino y Cristiano acaparasen su primera plana en un galardón individual, el portugués abogó por prolongar un poco más su duopolio. «Me encantaría jugar a este nivel algunos años más y que la lucha siga. Veremos quién es el mejor, qué ganaremos al final del año y qué vota la gente», dijo sobre su rivalidad con el rosarino.
Entregado el galardón, leyendas blancas como Ronaldo o Raúl tuvieron su espacio para valorar el hito del luso. También por vídeo intervinieron algunos de sus exentrenadores, como Ferguson o Ancelotti, o incluso, para sorpresa de todos, Killyan Mbappé, reconocido admirador del siete y catalogado como unos de los principales candidatos para heredar el trono. En París se hizo todo lo necesario para homenajear a un Cristiano que en la Torre Eiffel completó su repóker de oro y se equiparó Messi.
Fuente: El País