Por Miguel Collado
Son tantas las personas que no almuerzan a tiempo porque no les «alcanza» el tiempo: las ocupaciones y responsabilidades no les permiten almorzar «a su hora», a pesar de tener los medios y de poseer mucho dinero. Por lo general terminan sufriendo de problemas gástricos o de estrés.
Pero son más las personas que o no almuerzan a su hora o no lo hacen casi nunca o almuerzan malamente, debido a que carecen de los medios y se encuentran en la miseria más espantosa: ¡en extrema pobreza! ¡Y terminan muriendo!
Las que forman parte del segundo grupo sobrepasan los 1,300 millones de seres humanos (adultos y niños) en el planeta Tierra, según un informe publicado por el Banco Mundial en el 2016: ¡viven apenas con 1.25 dólares al día (60 pesos dominicanos)! Dice ese informe que «En todo el mundo hay 805 millones de personas que pasan hambre.»
Ahora bien, si conforme a las estadísticas sobre la población mundial hay 7,500 millones de habitantes en el mundo, entonces el 17% de la humanidad vive en extrema pobreza y el 11% muere de hambre a diario. ¿Somos un planeta hambriento no tan solo en el plano espiritual o no?
Otro dato dramático ―¡para reflexionar sobre el cacareado progreso de la humanidad!― es el siguiente: en un estudio reciente sobre la pobreza mundial realizado por Compassion Internacional ―una organización sin fines de lucro y con vocación cristiana, con sede en Colorado Springs, Estados Unidos de América― se afirma lo siguiente: «El hambre es la principal causa de mortalidad en el mundo, y se lleva más vidas que el sida, la malaria y la tuberculosis en conjunto.»
¿Quién aniquilará la humanidad? ¿El fuego anunciado en el «Apocalipsis» o el hambre?