El año está compuesto por cuatro estaciones, invierno que abarca desde diciembre hasta febrero, seguido de la primavera que va desde marzo hasta mayo, continua el verano de junio a agosto y finalmente otoño que le corresponden los meses comprendido entre septiembre a noviembre.
Al comportarse como variables independientes las cuatro estaciones del año, dado que precisamente la adquirieron porque las condiciones climáticas se mantienen dentro de cierto rango durante un tiempo determinado, asociar su posible influencia sobre el desempeño del PIB dominicano no sería nada despreciable, justo eso es el objeto de este examen.
En República Dominicana la actividad económica entendida como todos los procesos que combinan y procesan recursos naturales, humanos, de capital y tecnológico, es medida por el Banco Central a través del Sistema de Cuentas Nacionales 2008 de la ONU/FMI, que al realizarse con periodicidad mensual se le denomina Índice de Actividad Económica (IMAE), reflejando como indicador el comportamiento de la economía.
Dado que el Banco Central desde 2007 viene publicando en forma sistemática el IMAE, su cálculo que cuantifica la magnitud del PIB, podría o no mostrar algún patrón de comportamiento durante cada una de las estaciones del año que permita hacerlo predecible, o lo contrario, que no lo presente y por consiguiente, su pronóstico no esté alineado a la estacionalidad climática.
¿Pero, qué nos dice la evidencia del IMAE promedio trimestral para cada una de las estaciones durante la serie histórica seleccionada?
Los resultados que presentó la economía dominicana para el periodo 2010-17 fueron positivos a nivel del PIB. El crecimiento promedio para de los 8 años transcurridos ha sido de 5.6%, teniendo como valores extremos el 2012 como piso con 2.7% y el de 2010 con 8.3% de techo.
Durante el referido periodo las estaciones de otoño e invierno solo lideraron la magnitud del crecimiento del PIB un solo año cada una, en 2011 la encabezó el invierno y la de 2013 el otoño, las que al no repetir ese liderazgo, no podría afirmarse que esas épocas muestran un patrón de comportamiento.
En el caso de la primavera y verano, cada una para el periodo de tiempo examinado lideraron tres años la magnitud de la tasa del crecimiento del tamaño del PIB, equivalente a aproximadamente al 37.0% de los años, esta repetición del liderazgo no sería suficiente para sustentar que las referidas estaciones presentan un patrón de comportamiento; sin embargo, sí permite afirmar que al menos durante 2010-2017 son las estaciones del año que muestran el mayor grado de regularidad en el nivel de crecimiento de la economía nacional.
Específicamente para 2010-2014 y 2016 la primavera fue la estación del año puntera en el grado de expansión de la economía y para 2012-2015 y 2017 le correspondió al verano encabezarlo.
Comportamiento del PIB por estación del año en %
Estación | 2010 | 2011 | 2012 | 2013 | 2014 | 2015 | 2016 | 2017 |
Invierno | 7.6 | 5.8 | 3.5 | 2.3 | 6.6 | 7.7 | 5.2 | 5.6 |
Primavera | 9.7 | 3.4 | 1.6 | 3.6 | 7.9 | 7.3 | 8.2 | 4.0 |
Verano | 7.8 | 2.7 | 3.7 | 4.4 | 7.5 | 8.0 | 6.8 | 8.8 |
Otoño | 8.4 | 2.4 | 2.1 | 8.1 | 7.5 | 6.7 | 5.4 | 4.1 |
Fuente: Elaborado por el autor en base a data del IMAE del Banco Central.
Al auscultar el segundo nivel de la magnitud del crecimiento del PIB se pudo identificar que las estaciones que lo lideran son el verano y el invierno, con tres años cada una, la primera para 2013-2014 y 2016 y la segunda para 2012-2015 y 2017, también indicativos de que su nivel de repetición no es representativo para tipificarla como patrón de comportamiento.
De manera que, ante la pregunta de en cuál estación del año el PIB presenta un patrón de comportamiento, la respuesta seria que existe suficiente evidencia en el periodo examinado como para poder afirmar que la economía dominicana no presenta un patrón de crecimiento durante la primavera, el verano, el otoño o el invierno, lo que no la hace predecible desde la perspectiva de la estacionalidad.
Entonces, en términos de patrón de comportamiento, ni en primavera la economía florece, ni en verano presenta verdor, ni en otoño cae el PIB y ni en invierno la actividad económica se seca. Pese a la ausencia de esas características la economía dominicana se ha estado moviendo positivamente en el ritmo estimado sobre la base de razones que no obedecen a las estaciones del año, sino a otras causales que no son el objeto de esta opinión.
Como las estaciones del año no son significativamente diferentes en términos climático en el Caribe, presentando por el contrario mayor estabilidad en la temperatura y la lluvia, que en otras regiones del mundo, ésa podría ser una razón importante por la que el comportamiento del PIB no esté marcado por la influencia de alguna de las cuatro estaciones del año en la República Dominicana.