Por Haivanjoe Ng Cortiñas
Conforme a la definición que ofrece el Banco Central de la República Dominicana: La Balanza de Pagos es el “Sistema de cuentas mediante el cual se registran todas las transacciones de bienes y servicios, donaciones y movimientos de capitales del país con el resto del mundo durante un período determinado”.
En la conceptualización, al apreciarse la inclusión de los movimientos de capitales y otras partidas, radica la posición de inversión internacional; la que como indicador macroeconómico mide el stock de activos y pasivos financieros, que un territorio nacional mantiene frente a terceros que no residen en el país durante un periodo de tiempo definido.
Las cuatro grandes cuentas que conforman la posición de inversión internacional son: la directa, referida a la participación de capital con carácter permanente en una empresa residente, realizada por una persona física o jurídica no residente en el territorio nacional; y la de cartera, constituida por los instrumentos financieros adquiridos por los no residentes de la economía, en la cual son emitidos ambos tipos de inversiones que forman la inversión extranjera.
La tercera y cuarta cuentas están agrupadas en otras inversiones, y los derechos y obligaciones, bajo la administración de la autoridad monetaria, como las reservas de oro, divisas derechos especiales de giro del Fondo Monetario Internacional (FMI) y otros tipos de activos.
Examinando la posición de inversión internacional neta del sector externo de la economía dominicana para el 2017, se puede apreciar que la posición de la inversión directa neta nacional es negativa, en el orden de los US$36,501.5 millones; evidenciando que la inversión del extranjero en el país es superior a la de dominicana en el exterior: lo que se traduce en un efecto positivo para la economía doméstica.
La inversión directa dominicana en el exterior en el 2017 fue de US$894.3 millones; en cambio, la extranjera en el país ascendió a US$37,395.8 millones, ambas vistas como stocks. Eso sugiere que la economía nacional está aprovechando el ahorro externo para complementar al ahorro local y la inversión.
Respecto a la posición de inversión internacional neta de cartera, al igual que la anterior es negativa en un monto de US$15,861.4 millones; lo que indica que la inversión de cartera dominicana en el exterior es inferior a la del resto del mundo en el territorio nacional.
En cuanto a su desagregación, la inversión de cartera dominicana en el exterior alcanzó los US$162.6 millones y la de la comunidad internacional en el país fue de US$16,024 millones; también las dos vistas como stocks.
En lo relativo a otras inversiones directas en el exterior registran un valor de US$9,206 millones y las del exterior en dominicana de US$9,848 millones, para una posición neta de US$642.0 millones.
La partida de los derechos y obligaciones dominicanas (reservas) en el exterior corresponden a US$6,780 millones y las del exterior de US$289.0 millones; para un balance favorable de US$6,491 millones.
En resumen, el stock de la posición de inversión internacional neta de la República Dominicana asciende al valor negativo de US$46,513 millones, saldo que al ser negativo podría interpretarse como un revés para la economía local; sin embargo, resulta todo lo contrario; pues eso significa que aunque los pasivos sean superiores a los activos, a los países con escasa capacidad de ahorro nacional les sirven para fondear sus economías: resultando favorable la llegada de inversiones en las distintas modalidades de inversión, especialmente la directa por su vocación de permanencia, como ha sido el caso.