Santo Domingo (D.N.), República Dominicana.- En la coyuntura actual en el mundo, de la que no escapa la República Dominicana, nos encontramos con una realidad, el discurso del político tiene tras de si el juicio ciudadano. Será creíble en la medida que vaya de la mano con el ejemplo, las buenas prácticas, conectar con el electorado y demostrar hasta en lo poco que no es demagogo, cínico y que no hay dualidad moral entre el comportaiento y su discurso.
Reproducimos a continuación el escrito de Erick Osiris Leines Jiménez, Profesor de la Escuela Preparatoria de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo de México, en la que nos explica acerca de la situación actual de los partidos políticos y la crisis de credibilidad por la cual atraviesan, y a qué se atribuye esa falta de credibilidad en los partidos políticos y cómo ha ido cambiando la relación de estos con los ciudadanos.
Con esto pretendemos aproximarnos a la realidad dominicana, y bajo ese prisma entender lo que pasa en el país.
DESARROLLO
Lo partidos políticos ocupan el lugar número 13 entre las instituciones con mayor confianza en nuestro país, el 70% de los mexicanos tiene poca o ninguna confianza en los partidos políticos, sólo el 4% de la población mexicana confía en los partidos políticos, el 52% de los ciudadanos esta poco o nada satisfecho con la actual democracia en México, el 49 % opina que en el país estamos más cerca de un gobierno que se impone que de uno que consulta a la ciudadanía, el 77% considera que el gobierno debe resolver los problemas de la sociedad, el 61% piensa que los partidos son necesarios para el buen funcionamiento del gobierno. Únicamente una tercera parte de los mexicanos; el 34% dijo interesarse mucho o algo en la política, la mayoría de los ciudadanos, que es el 66% no confían en que las elecciones en nuestro país sean limpias. Los datos anteriores nos permiten ver el panorama tan preocupante en el que se encuentran los partidos políticos.
Esta crisis de credibilidad que se vive en los partidos políticos podemos afirmar que nos es una situación única de México, se trata de una crisis general, pero que sin duda está mucho más marcada en algunos países como el nuestro y en otros todavía más porque incluso han desaparecido completamente los partidos políticos durante largos tiempos, como lo fue en El Salvador, en Argentina durante algún momento, en Venezuela donde en algún momento prácticamente desaparecieron. Actualmente hay un descredito que se puede atribuir principalmente a la crisis de la democracia representativa, que está llegando a su fin porque los ciudadanos no se sienten representados, aquí es donde se encuentra el principio de la desconfianza, cuando los mismos ciudadanos manifiestan no sentirse representados, de igual manera se puede mencionar otros factores que no desconocemos como lo son la corrupción, la ineficacia de los partidos, la incongruencia. Otro factor muy importante que ha permeado en la desconfianza es el establecimiento de burocracias al interior de los partidos políticos, también llamada La Ley de Hierro de la oligarquía donde cualquier organización, de partidos, de sindicatos va quedándose sujeta a una burocracia a un liderazgo que se impone sobre las bases y por lo tanto no hay confianza; no hay procedimientos democráticos que toman en cuenta la base y esto es lo que siembra una gran parte de la desconfianza.
La desconfianza tiene que ver mucho con certezas y creencias; esta es parte de una falta de certeza jurídica, una falta de certeza en la leyes, incluso una falta de certeza en la autoridad, es decir una crisis de legitimidad y sin duda en una falta de certeza en los procesos administrativos. Los partidos políticos no están ofreciendo a sus ciudadanos lo que nos han prometido en campañas y además los votantes convertidos en ciudadanos no tienen ninguna certeza de que la representación que ellos eligieron va a ser la más adecuada para garantizarles calidad en la democracia.
Nos referimos a un problema universal, de todo el mundo el hecho que los ciudadanos no empaten con los partidos políticos porque en el mundo cada vez mas los partidos políticos se dedican a ganar elecciones, a ganar dinero y recursos de diversa índole, sobre todo políticos a través de los procesos electorales y a fijarse menos de los intereses de los grupos, de los individuos , que no obstante creo que en nuestro país el tema se agudiza, toma una dimensión muy peculiar, distinta, no es igual a la de muchos otros países sobre todo los del mundo desarrollado donde las democracias están mas establecidas y en nuestro país lo que ha sucedido es que los partidos políticos se han desdibujado a tal grado que los ciudadanos no están interesados en apoyar a uno u otro porque todos son más o menos iguales, donde terminan en más o menos las mismas conclusiones , tomando muchas veces decisiones a espaldas de los intereses del pueblo.
Por otro lado resulta interesante el planteamiento que se hace a través de las cifras mencionadas en un principio, que los ciudadanos estén al mismo tiempo no satisfecha con la democracia y que porque no hay elecciones limpias y que opine que no hay confianza y que al mismo tiempo opine que los partidos políticos son necesarios, es decir, la ciudadanía no está ajena a la participación política, la gente participa cuando es necesario y también considera que la única vía de acceso al poder es a través de la actividad de los partidos políticos, sin embargo no de estos que tenemos actualmente. Recordemos que los partidos políticos han sido entidades o instituciones intermedias entra la sociedad y el Estado o entre la sociedad y órganos del Estado a los cuales les plantean las reivindicaciones o las demandas, las iniciativas de ley o lo que fuera y han empezado a ser acotados, combatidos, competidos por muchas organizaciones sociales que van a esos puntos específicos, ecologistas, feministas, etc que están quitándoles espacio a lo que antes tenían que hacer los partidos políticos, como un espacio casi exclusivo, ésta intermediación de la sociedad y estado que jugaban los partidos se ha reducido y han salido nuevos intermediarios que están haciendo su tarea mucho más eficazmente que los propios partidos. Los partidos acaban negociando, reduciendo las demandas y planteando las cosas de manera muy pragmática para no perder votaciones, no perder clientelas y no están llevando a cabo las acciones que plantean en sus programas por lo tanto los ciudadanos tendrán una actitud de desconfianza.
Es posible que los ciudadanos estén evaluando a los partidos políticos más desde un criterio valorativo y menos desde un criterio de eficacia; existe la vieja idea de los partidos agregadores de intereses, partidos representantes de ideologías; partidos que serían copia fiel de los intereses de la sociedad que se agregan en esta forma específica de representación. Cada vez más los partidos políticos son empresas políticas que venden programas y que está en sus clientelas comprárselos o no y en este sentido lo que sería necesario es trasladar el criterio de evaluación. No se puede seguir evaluando a los partidos por lo que debieron ser en su función de una representación política que cada vez es más dinámica, más compleja, más plural y que entonces los partidos se quedan cortos y lo que es curioso es que pese a que esas empresas están vendiendo productos disfuncionales, la gente se los sigue comprando, ahí el hecho de que la ciudadanía siga considerando en un 61% que los partidos políticos son necesarios para la democracia. ¿Por qué entonces son necesarios?, Por qué si son ineficientes, por qué, si no cumplen lo que prometen?, Por qué, si no están representando los intereses de la ciudadanía?, Por qué, si son grandes entes de intereses propios? Por qué la sociedad les sigue votando?
En México no tuvimos mucho tiempo para darnos cuenta de cómo en realidad operaba un sistema de más de un partido político. Por el contrario , durante mucho tiempo tuvimos un sistema donde no teníamos muchos partidos, donde teníamos solo un partido y donde ese partido no funcionaba exactamente como un partido sino como un brazo del gobierno y en ese sentido la educación política de los mexicanos no es la de forjar grandes instituciones partidistas para desde ahí desplegar la participación política. Depende mucho también del momento en que veamos a los partidos en México, si vemos el momento posterior a la revolución armada y se elaboró una constitución y empiezan a surgir los partidos pequeños; que en realidad eran fachadas que dominaban los grandes caudillos surgidos de la revolución, Obregón, Calles o Carranza, en fin había partidos pequeños que tenían algún símbolo nacional como lo era el Partido Nacional Agrarista que venía del Zapatismo, el Partido Nacional Comparatista, e Partido Laborista, una copia del partido Laborista Inglés. Hasta 1929 en que surge una crisis terrible de poder, matan al presidente reelecto, Obregón. Y entonces Calles convoca desde la cúpula del poder a la formación de un partido, que no fue un partido en un principio, además de ser un instrumento del Ejecutivo en ese momento fue una confederación de partidos que se fue haciendo cada vez más estrecha, pero bajo el dominio de un jefe, primero un jefe máximo que fue Calles y después el presidente que asumió todos los poderes, el General Lázaro Cárdenas. En 1939 se funda el PAN el cual no logra tener un gran nivel de competitividad por lo tanto son diez años donde tenemos un partido literalmente único, el Partido Nacional Revolucionario como se llamo el primer partido, antecedente del PRI.
Pero es hasta la década de los años ochentas donde empieza a consolidarse un sistema de partidos con la creación del PRD, en 1989, donde se tiene en México un sistema tripartito, que empieza a ganar mucha más confianza de la gente, se afilia mucha gente y participa la gente en las elecciones del año 1994; en las cuales llega a haber hasta un 74% de participación en las elecciones presidenciales y una gran afiliación y una gran cercanía entre la ciudadanía y los partidos en una etapa un tanto idílica que poco a poco se va descomponiendo hasta llegar a la etapa actual en donde ya los partidos son vistos más por las personas que encabezan las candidaturas que por las plataformas de los partidos que ni siquiera conocen bien los ciudadanos, más por el pragmatismo que hacen para ganar posiciones; no tanto para vender sino para ganar posiciones de poder, hay un pragmatismo extremo.
Uno de los problemas más grandes en nuestro país es que los partidos políticos no se han construido desde abajo, se han construido desde arriba y las leyes electorales impiden que muchos de estos procesos sociales que nacen en los propios movimientos de la sociedad cuajen, culminen como grandes organizaciones que terminen siendo partidos políticos. Más aún hoy en día las leyes son tan restrictivas que cuesta mucho trabajo incluso a quienes si aspiran a esos espacios organizativos a construir nuevos partidos.
CONCLUSIÓN
Consideremos que la situación que se ha planteado en este documento no siempre ha sido la misma, pero esto no significa que hayamos tenido una época de oro de los partidos y que haya venido a menos. Lo que quiere decir es que ha habido una historia de construcción de la participación a través de las instituciones, compleja, llena de problemas y que no ha terminado por consolidarse en una vía institucional.
En el transcurso del tiempo es posible que los partidos vayan a periclitar porque va a haber muchas formas de intermediación, va a haber muchas formas sobre todo ahora con los medios electrónicos como las redes sociales que cada vez están más activos en política, para hacer propaganda que esta censurada en otros medios como la televisión, la radio, los periódicos etc. Es posible y más seguro que los partidos no van a firmar su acta de defunción, pero los ciudadanos si nos podemos encargar de que o bien cumplan con su responsabilidad o presionar para que las leyes que ellos finalmente firman y deciden sean más acordes con las opiniones de las mayorías.
Finalmente el futuro de los partidos va a depender de la forma en que los mismos se modernicen en sus estructuras en cómo se relacionan y vinculan con la ciudadanía. Ya que si los partidos políticos quieren seguir ganando votos y que la gente acuda a las urnas no les va a quedar otro remedio.
Referencias Bibliográficas
ALDO, José y CARBALLO, Luis David, “Los partidos políticos, Madrid, Ed. Cuadernos para el Diálogo, 1977.
“Partidos políticos y Poder Ejecutivo en México”, El Sistema presidencial mexicano, México, UNAM, 1988
Constitución Política de los Estados Unidos mexicanos Comentada, México, UNAM, 2001
Los Partidos Políticos, Fondo de Cultura Económica USA, 1957