Los pescadores residentes en la isla con mayor densidad de población del mundo se sienten en una república insular.
Mientras sigue sin resolverse la disputa territorial entre Kenia y Uganda por la isla de Migingo, situada en el lago Victoria, los propios residentes insulares se consideran ciudadanos de un Estado independiente. De seguir así, el islote se convertiría en el más pequeño país autoproclamado no reconocido de África.
Migingo es una de las islas más densamente pobladas del planeta. En un territorio de 1,8 kilómetros cuadrados viven de forma permanente 131 personas, pero algunas estimaciones indican que la población real llega a 1.000. Pese a su situación hacinada, los residentes no quieren trasladarse a la isla contigua y más grande, Usingo, que está a solo 200 metros: según sus creencias, está poseída por un espíritu maligno.
El independentismo no impide que los residentes paguen impuestos a ambos países, y no son sumas pequeñas. Los mayores ingresos de los residentes provienen de la pesca. La venta de la perca del Nilo les asegura un provecho medio de 200 a 250 dólares por semana a cada familia pescadora, lo que en los vecinos países africanos corresponde a 2 o 3 salarios mensuales.
Al desarrollo del turismo, los propios vecinos le pusieron un obstáculo: según sus leyes, las personas ajenas a la comuna, o sea ‘extranjeros’, no pueden permanecer más de un día en la isla. Asimismo, se prohíbe la adhesión de nuevas personas a la comunidad.
La fuente de dichas restricciones es una especie de ‘república del Senado’, proclamada en el año 2009 por los dos primeros pescadores keniatas que se quedaron en la isla —hasta entonces despoblada— en 1991. Estos ‘padres fundadores’, Dalmas Tembo y George Kibebe, invitaron a sus familiares y conocidos al pequeño trozo de tierra firme. Ahora son ‘senadores honorarios’ del Estado no reconocido.
Infraestructura en disputa
El islote cuenta con cinco bares, un salón de belleza, una farmacia, varios hostales y cuatro casas de citas, donde las mujeres trabajan mientras que sus maridos pescan. Hasta este junio hubo en Migingo también una escuela primaria, pero los servicios de seguridad de Uganda la tomaron por asalto y la cerraron «por motivos de que la isla no pertenece a Kenia», según explicó el periódico Daily Nation.
La escuela, que figura en los medios también como guardería, fue considerada por parte ugandesa como «una manera de que Kenia estaba reivindicando la isla en disputa». La administración local optó por «respetar la orden de los oficiales ugandeses para evitar una tensión innecesaria» entre los dos grupos de población.