«El mundo se acabará y debemos huir al último paraíso en la Tierra».
Con esta y otras frases premonitorias fue como Shin Ok-ju logró convencer a 400 personas de que huyeran de Corea del Sur. Les aseguraba que una hambruna inminente asolaría la península coreana.
El destino prometido era Fiji, según relataron a medios locales algunas de las víctimas de esta iglesia cristiana llamada Grace Road.
Pero ninguno sabía que una vez en este país insular del Pacífico se les iba a retirar el pasaporte y a someter a abusos físicos y sexuales.
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Shin Ok-ju fue detenida a finales de julio junto con otros tres líderes de este grupo espiritual cuando aterrizaron en el aeropuerto de Incheon, cercano a Seúl , después de la denuncia de cinco personas que lograron escapar de donde los mantenían retenidos.
«La pastora Shin and y otras tres personas se enfrentan a cargos del uso de la violencia para forzar a sus seguidores a quedarse en Fiji», le dijo un agente de la policía a la agencia de noticias AFP.
La iglesia cristiana Grace Road, con base en Corea del Sur, fue declarada ilegítima en 2014 por las autoridades surcoreanas y en 2016 se creó un comité para intentar erradicar su actividad.
Pero eso no impidió que desde 2014 cientos de sus feligreses siguieran a Shin Ok-ju hasta Fiji.
El último paraíso
Según testimonios de sus seguidores esta pastora cristiana predicaba que una guerra sumiría al país en una gran hambruna.
Fiji era dibujado entonces como «el último paraíso en la Tierra por su terreno fértil y propicio para cultivos», según relataron algunos de los exmiembros de la secta a los medios de comunicación.
Pero una vez allí, según reporta el Christian Daily, Shin Ok-ju se negaba a dejarlos salir del complejo de 33 hectáreas donde vivían todos juntos en comunidad, vigilados por «guardianes» elegidos por ella.
Rituales de «purificación»
Pero lo que ocurría mientras estaban encerrados era peor que el cautiverio.
Siempre según el testimonio de quienes se declaran víctimas, los miembros de esta secta de origen cristiano eran obligados a llevar a cabo rituales llamados «de purificación».
Según el diario The Korea Times, los miembros de la secta debían propinar palizas que podían superar los 600 golpes a otros miembros de la comunidad. había que golpearlos «hasta que apareciese sangre«.
Este diario reporta que un hombre sufrió un grave daño cerebral a causa de las agresiones.
También era un ritual que los niños golpearan a sus padres, en ocasiones hasta cien veces para eliminar la impureza, cuentan los testigos. Con el mismo objetivo algunas mujeres eran forzadas a mantener relaciones sexuales con uno de los líderes de la secta.
Aquellos que se negaban a hacerlo eran amenazados con «ser objeto del castigo de Dios».
Finalmente, según el diario coreano, cinco de sus miembros lograron escapar y denunciaron a Shin Ok-ju y su formación religiosa ante las autoridades que acabaron arrestando a esta líder religiosa en un viaje reciente a Seúl.
Las sectas en Corea del Sur
Los cultos de inspiración cristiana se han multiplicado en Corea del Sur. Es la religión que cuenta con más adeptos en el país, un 29% de la población se considera cristiana, de acuerdo con un análisis de 2014 del centro de investigaciones Pew Reasearch Centre. De ese porcentaje la inmensa mayoría es protestante.
La fuerte influencia de Estados Unidos en el país durante su etapa democrática tuvo su impacto también en el aspecto religioso, explican desde el servicio coreano de la BBC, y por eso el protestantismo es tan popular en el país.
El cristianismo empezó a crecer en 1990, una vez el país había alcanzado la democracia y empezaba a destacar como potencia económica. En ese año apenas un 1% de la población era cristiana, 20 más tarde, en 2010, tres de cada diez ya se declaraban profesos de esa religión, indica el centro de análisis sociológico.
Pew Reasearch Centre destaca las pocas restricciones gubernamentales que hay en el país para la formación de grupos religiosos. En el año 2012, apunta, eran mucho menores que en Estados Unidos o cualquier otro país de la región de Asia y el Pacífico.
A lo largo de los años ha habido varios escándalos relacionados con sectas y otros grupos religiosos en Corea del Sur. En 1987, se responsabilizó a la Asociación Odaeyang Co del suicidio de 33 personas. Entre las víctimas había menores.
Hace ocho años, 292 personas murieron en el naufragio de un ferry del que responsabilizan al líder multimillonario de una secta llamada Iglesia Evangélica Bautista de Corea. Y el pasado mes de mayo un líder religioso que afirmó ser el mesías fue arrestado en Seúl por violar al menos a siete mujeres congregadas, dijeron los fiscales.
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Y a la propia expresidenta del país, Park Geun-hye, ahora encarcelada por un escándalo de corrupción, se la relacionó con una secta llamada Iglesia de la Vida Eterna.
Algunos cables diplomáticos revelados por Wikilieaks apuntan que el líder de este grupo religioso y sus más allegados ejercieron una gran influencia sobre Park antes y durante su mandato.
Fuente: BBC Mundo