Es decir, en él es imposible determinar cuál es la parte de arriba o la de abajo, la de adentro o la de afuera.
Si, por ejemplo, comienzas a caminar por la parte de «arriba» de una cinta de Moebius, cuando des toda la vuelta y llegues nuevamente al punto de partida estarás, sin darte cuenta, parado en la parte de «abajo» de la cinta.
O lo que es lo mismo, si comienzas a caminar por el borde externo de la cinta, al dar la vuelta completa estarás en el borde interno de ella.
La cinta de Moebius es el ejemplo más sencillo de un objeto no orientable con una sola superficie , pero el asunto se puede volver aún más complejo.
La botella de Klein es un objeto imposible de construir en un espacio de 3 dimensiones.
Un ejemplo es la botella de Klein , un objeto teórico que lleva al extremo el concepto de la cinta de Moebius.
«Al menos la cinta de Moebius la podemos construir en 3 dimensiones, pero la botella de Klein solo podría existir en 4 dimensiones «, le dice a BBC Mundo Débora Tejada, doctora en matemáticas y profesora de la Universidad Nacional en Medellín, Colombia.
«Si echas agua en una botella normal, el agua no se sale», explica Tejada, «pero si teóricamente echaras agua en una botella de Klein, el agua se saldría porque esta botella no tiene interior, en ella el interior y el exterior se confunden «.
Inspiración
La cinta de Moebius tiene un uso más que todo teórico dentro de las matemáticas.
Sin embargo, su particular figura ha inspirado a artistas , diseñadores, escritores, arquitectos, ingenieros y cineastas.
El diseñador holandés M.C. Escher, quien se hizo famoso por sus figuras imposibles dibujó cintas de Moebius.
El escritor Julio Cortázar tituló uno de sus cuentos «Anillos de Moebius».
La cinta de Moebius inspiró al diseñador M.C. Escher.
En mecánica, por ejemplo, se utilizan un tipo de cintas transportadoras tipo Moebius que trabajan de manera más eficiente y varios arquitectos se han inspirado en la cinta para sus diseños.
La enigmática cinta, sin embargo, también podría tener un uso mucho más trascendental.
«Nos enseña que debemos pensar fuera del espacio en el que estamos cómodos «, concluye el profesor Adem.