Un barco mercante de más de 2.400 años de antigüedad fue encontrado en las profundidad del Mar Negro, a 80 kilómetros de la ciudad costera de Burgas, en Bulgaria.
La embarcación de 23 metros, hallada por un equipo de exploradores y académicos anglobúlgaros del Proyecto de Arqueología Marítima del Mar Negro (Black Sea MAP), es considerado oficialmente como el «naufragio intacto más antiguo del mundo«.
A los investigadores les sorprendió ver que su diseño se parece mucho a un barco con el que se decoraban los antiguos jarrones de vino griegos.
El timón, los bancos para los remeros e incluso los objetos en su interior se mantienen intactos.
«Es como otro mundo«, le dijo a la BBC Helen Farr, miembro de la expedición.
«Fue cuando el vehículo operado a control remoto se sumergió bajo el agua que vimos aparecer este barco en el fondo. Estaba perfectamente preservado, se siente como si retrocedieras en el tiempo».
El secreto en el agua
La razón por la cual esta embarcación comercial, que data de alrededor del año 400 aC, se ha mantenido es tan buena condición por tanto tiempo es que el agua es anóxica, es decir, que está libre de oxígeno.
Al haber permanecido a más de 2.000 metros de profundidad, también estuvo fuera del alcance de los buzos modernos.
«Está preservado, es seguro», añadió. «No se está deteriorando y no es probable que vaya a atraer a cazadores de tesoros».
Se cree que el barco fue una de las muchas embarcaciones que recorrieron la ruta entre el Mediterráneo y las colonias griegas de la costa del Mar Negro.
El equipo que lo descubrió utilizó robots exploradores submarinos para crear una imagen 3D del barco y recogieron una muestra de carbón para determinar su antigüedad.
El navío es similar en estilo al barco que decora el famoso «jarrón de las sirenas», que es exhibido en el Museo Británico.
El objeto, que data de alrededor 480 aC, muestra a Ulises atado al mástil mientras su barco navega ante la presencia vigilante de las tres ninfas del mar, que entonaban melodías que se creía llevaban a los navegantes a la muerte.
Más por descubrir
Hay muchos aspectos de la embarcación que se desconocen. A eso se suma que el equipo de exploradores dice que necesita más fondos para poder retornar al lugar del naufragio.
«Usualmente encontramos ánforas (jarrones de vino) y a partir de ellas podemos adivinar su origen, pero en este caso aún queda por verse», señaló Farr.
«Como arqueólogos estamos interesados en lo que este barco nos puede decir sobre la tecnología, el comercio y los movimientos en el área».
En el curso de tres años, esta expedición académica ha encontrado 67 naufragios, entre los que se encuentran barcos mercantes romanos y una flota comercial cosaca del siglo XVII.
Fuente: BBC Mundo