Con el fallecimiento del doctor Juan Manuel Pellerano Gómez, se ha ido uno de los grandes maestros del derecho dominicano, referente obligado para todos los que estudiamos la carrera de la toga, el birrete y las normas jurídicas. No fue solo uno de los padres del derecho constitucional en nuestro país, sino también el gran impulsor de la institucionalidad en el sector justicia.
Sobre esto último hay que resaltar su empeño y dedicación hacia la Escuela Nacional de la Judicatura, de la cual fue su primer Director, de manera honorífica, según cuenta Jorge Subero Isa en un reciente artículo, donde relata la génesis de una de las instituciones que más aportan al desarrollo del sector justicia en nuestro país. Hasta el 2011, el doctor Pellerano Gómez, primero como Director Honorífico y luego como Miembro del Consejo Directivo, aportó a la formación de un amplio grupo de profesionales que hoy pueblan los tribunales y las cortes de nuestro país.
El doctor Pellerano Gómez llevó a la Escuela Nacional de la Judicatura mucho de lo que ya desarrollaba en su ejercicio privado. Su reconocido bufete es también una escuela por la que han pasado cientos, sino miles, de abogados y abogadas, que luego de su paso por allí, se han dedicado a las distintas ramas del derecho.
Los 60 años de experiencia del doctor Pellerano Gómez merecen el reconocimiento unánime de la sociedad dominicana, puesto que ha sido uno de los educadores que más ha influenciado al país, tanto en el ámbito de la ley, como también en su autoría de una amplia diversidad de libros y obras bibliográficas. El reconocido “abogado de los abogados”, quizás el más completo del país, también realizó grandes aportes a la deontología jurídica, que humanizaron el desempeño profesional del derecho en la República Dominicana. Sus aportes al Colegio de Abogados y a lo que constituye el Código de Ética del abogado dominicano, son invaluables, al igual que la introducción del recurso de amparo, la promoción de la seguridad jurídica para inversiones en el país y la justicia constitucional en el país.
Muchos fueron los puestos públicos y privados que le fueron ofrecidos, pero el doctor Pellerano Gómez tenía la certeza de que sus mejores aportes eran desde su firma privada, con el ejemplo y sirviendo de inspiración a las generaciones que le sucedieron. No hay un abogado o abogada que si se le pregunta quienes figuran en la lista de los mejores abogados del país, no menciona a Juan Pellerano Gómez.
Los jóvenes futuros abogados y abogadas que llenan las aulas de nuestras universidades, deberían acudir con mayor frecuencia al estilo y ejemplo de una figura de la estatura profesional y moral del doctor Pellerano Gómez, puesto que el ejercicio del derecho en la República Dominicana, necesita de más personas como el que encuentran el equilibrio entre un ejercicio privado próspero y el compromiso social con la mejora de la sociedad.
La influencia que ha ejercido en el devenir de su fecunda carrera profesional marcará por años el ejercicio del derecho de manera positiva. Nos queda su agradable recuerdo, su caballerosidad y gentileza, su amplio conocimiento del derecho y ejemplo a seguir.
Fuente:Listín Diario / Opiniones Autora: Margarita Cedeño de Fernández