BERKELEY, California — Un empleo en Facebook suena bastante genial. Los becarios ganan alrededor de 8000 dólares al mes y un ingeniero de software novato tiene un sueldo de casi 140.000 dólares al año. La comida es gratis. Hay una pasarela con plantas autóctonas y una barra de jugos.
Sin embargo, lo que piensan los expertos informáticos más solicitados acerca de la red social está cambiando. Una noche reciente en la Universidad de California, campus Berkeley, mientras un grupo de jóvenes ingenieros se reunía para presumir sus aptitudes tecnológicas, muchos dijeron que no aceptarían empleos en Facebook.
“He escuchado que muchos de sus empleados ni siquiera la usan”, dijo Niky Arora, de 19 años, una estudiante de Ingeniería, que hace poco fue invitada a un evento de reclutamiento de Facebook en la sede de la empresa en Menlo Park, California. “Simplemente no creo en su producto porque el objetivo de todo lo que hacen es mostrarle más anuncios a la gente”.
Emily Zhong, de 20 años, estudiante de informática, también dio su opinión. “Me sorprende que muchos de mis amigos” aseguran que en realidad no quieren trabajar para Facebook, dijo, y citó “los problemas de privacidad, las noticias falsas, la información personal, todo eso”.
“Antes, trabajar ahí era algo glorioso y mágico”, dijo Jazz Singh, de 18 años, que también estudia informática. “Ahora pensamos que no es una empresa que nos beneficie solo porque hace lo que queremos”.
Puesto que Facebook ha enfrentado un escándalo tras otro, algunos jóvenes ingenieros ahora tienen opiniones desfavorables sobre la compañía. Muchos aún están aceptando empleos en la empresa pero lo hacen de manera más discreta y les dicen a sus amigos que trabajarán para transformarla desde adentro o que han forjado más trabajo ético en una compañía cuya reputación se ha vuelto tóxica.
Facebook, que emplea a más de treinta mil trabajadores a tiempo completo en todo el mundo, señaló que en 2018 han contratado “a más ingenieros que nunca antes”. La empresa agregó que siguen “observando un compromiso muy fuerte y mucha emoción dentro de la comunidad de ingenieros ante la posibilidad de unirse” a la compañía.
Las actitudes cambiantes también se están dando más allá de Facebook. En todo Silicon Valley, los reclutadores del sector tecnológico dijeron que quienes buscan empleo en general ahora están haciendo preguntas más difíciles durante las entrevistas, pues quieren saber de manera específica qué les pedirán hacer en la empresa. Los orientadores profesionales dijeron que los empleados de la industria tecnológica los están buscando para pedirles consejos sobre cómo manejar dilemas morales. Entre las preguntas que hacen están: “¿Cómo evito un proyecto con el que no estoy de acuerdo?” y “¿Cómo les recuerdo a mis jefes la misión de la compañía?”.
“Los empleados ahora están conscientes del hecho de que, en algunos casos, la misión que se encuentra en el sitio web de las empresas y la manera en que crean nuevos productos o toman decisiones no necesariamente coinciden por completo”, dijo David Chie, director de Palo Alto Staffing, un servicio de inserción laboral en el sector de la tecnología en Silicon Valley. “Todos están teniendo este diálogo”.
Cuando los ingenieros se postulan a un empleo, también lo están haciendo de manera distinta.
“Ahora son más precavidos”, comentó Heather Johnston, presidenta del distrito del área de la bahía en la agencia de empleos tecnológicos Robert Half. “Antes, los candidatos decían: ‘No quiero hacer entrevistas de equipo, sino una individual’”. Ahora, dijo, los candidatos a un empleo “quieren reunirse con el equipo. Ya no aceptan a ciegas un puesto solo por el nombre de la compañía”.
No obstante, aunque muchas de las grandes empresas tecnológicas se han visto afectadas por un cambio en la percepción de la sociedad, Facebook parece especialmente empañada entre los jóvenes trabajadores.
“He tenido un par de clientes que hace poco dijeron que ya no les entusiasma mucho Facebook porque están frustrados con lo que están percibiendo política o socialmente”, comentó Paul Freiberger, presidente de Shimmering Careers, un grupo de asesoría a profesionistas con sede en San Mateo, California. “Es por las noticias sobre privacidad y política, además de una preocupación de que será difícil solucionar estos asuntos desde adentro”.
Una tarde hace poco en la Universidad de California, campus Berkeley, alrededor de 2200 estudiantes de ingeniería de todo el país se reunieron para asistir a Cal Hacks 5,0, una competencia para diseñar las mejores aplicaciones. El evento duró un fin de semana, así que los competidores adolescentes llevaban sus almohadas por doquier. Los anfitriones entregaron 2000 burritos mientras los estudiantes se registraban.
También fue un evento de contratación. Los reclutadores de Facebook y Alphabet montaron cabinas (Facebook regaló lentes oscuros y Alphabet, 200 dólares de crédito para usarlo en la plataforma Google Cloud).
En el auditorio, el director de Y Combinator, una incubadora de empresas emergentes y firma de inversiones, ofreció un discurso de inauguración y les recomendó a los jóvenes que no aceptaran empleos en las grandes empresas tecnológicas.
“Pueden programar su vida en una escala totalmente distinta”, dijo Michael Seibel, que dirige Y Combinator. “Lo peor que les puede pasar es que acepten un empleo en Google”. Dijo que esos trabajos “son una ayuda social de 100.000 dólares al año”, con lo cual quiso decir, explicó, que los trabajadores pueden terminar encadenados a su sueldo y después evitan tomar riesgos.
La siguiente charla programada en el evento fue encabezada por el patrocinador: Microsoft. Justin Garrett, un reclutador de Microsoft que en su perfil de LinkedIn se hace llamar evangelista técnico sénior, subió al escenario riendo un poco.
“Es difícil hablarles después de Michael, sobre todo si trabajas en una de esas grandes empresas”, comentó Garrett. “Él dijo que se trata de ayuda social. Yo creo que es una gran oportunidad”.
Después los estudiantes llenaron el estadio, que estaba repleto de largas mesas de computadoras donde estarían compitiendo. En medio de la aglomeración, tres amigos bromeaban. Se estaban burlando un poco de Caleb Thomas, de 21 años, porque había aceptado una pasantía en Facebook.
“Ya, chicos”, dijo Thomas.
“Esta es la realidad de cómo funciona el negocio”, dijo Samuel Reséndez, un estudiante de informática de 20 años de la Universidad del Sur de California.
Resultó que Reséndez había hecho una pasantía en Facebook a mediados del año. Olivia Brown, de 20 años, directora del Club de Informática y Bienestar Social de Stanford y pasante en el Departamento de iOS en Mozilla, reveló esa información. “Pero tú también trabajaste en Facebook”, le dijo.
“Bueno, por lo menos acepté la pasantía antes del asunto de Cambridge Analytica”, respondió Reséndez, un poco avergonzado por el escándalo de manipulación de datos privados para la elección de 2016 que afectó a la empresa a principios de este año. “El 99 por ciento de lo que está haciendo Facebook es divulgar memes”.
Brown dijo que muchos estudiantes critican a Facebook y dicen que no quieren trabajar ahí, pero después terminan por aceptar empleos en la red social. “A todos les importa la ética en la tecnología antes de firmar un contrato”, comentó.