Diversos organismos internacionales y locales han ofrecido sus previsiones macroeconómicas para el año que recién ha iniciado y no es para menos: conocer lo que podría ser el desempeño de una economía en forma anticipada tiene su importancia, no solo para los agentes económicos, sino para el público en general.
En esta opinión ofrecemos lo que nos parece serán los resultados al cierre de 2019 de las principales variables de la economía dominicana, tomando en consideración tres aspectos: el internacional, las proyecciones oficiales y la evidencia observada de los últimos años.
En el plano internacional, los organismos más competentes han mostrado sus previsiones para la economía mundial de 2019, la que se prevé con un nivel similar al de 2018, con un 3.7% del PIB, para el caso de los Estados Unidos, con una magnitud inferior, al estimarse en un 2.5% versus el 2.9% del año pasado; para América Latina de un 2.2%, superior al 1.2% del 2018 y para Asia de un 6.3% versus el 6.5% del año pasado.
Las perspectivas de la economía mundial están sujetas a los resultados finales de las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China, a los ajustes programados del alza del tipo de interés de la Reserva Federal, en particular para los países emergentes; a lo complejo que resulta la situación de Europa con la indefinición del Reino Unido sobre el Brexit, la retirada de estímulos monetarios del Banco Central Europeo, éstas y la situación aún indefinida del Medio Oriente, podrían lacerar hacia la baja las previsiones económicas internacionales.
El tema del escenario económico internacional deriva en importancia por la capacidad motorizadora que tienen las exportaciones dominicanas en la expansión de su economía, con una participación que ronda el 14.0% dentro del producto interno bruto (PIB) y colateralmente por la contribución sobre la estabilidad al tipo de cambio; y en el margen opuesto, al impacto previsible del encarecimiento del financiamiento internacional y su posterior peso sobre el servicio de la deuda externa del sector público no financiero.
En el plano local sería de interés el seguimiento a eventuales situaciones provenientes de posibles escenarios económicos latinoamericanos, al igual que las de nuestro principal socio comercial, frente a las nuevas relaciones soberanas que el país ha tomado frente a economías fuera del ámbito de la geopolítica regional; al igual que por las expectativas que podrían surgir, debido a las situaciones de carácter institucional por definir y a las de naturaleza preelectoral del año en curso.
En lo relativo a los desvíos económicos del pasado 2018, al comparar la previsión versus lo registrado, la economía dominicana mostró algunos desvíos que pueden ser tipificados como positivos, en cuanto a que los resultados alcanzados superaron los estimados.
Respecto al PIB, tanto el programa monetario del Banco Central (BC) como la formulación presupuestaria del 2018, situaron al crecimiento estimado de la economía en un 5.0%. En cambio, la expansión registrada del PIB terminó siendo de un 7.0%, para un desvío positivo del orden del 2.0%.
Por el lado de la tasa de inflación proyectada para el 2018, conforme al Esquema de Metas de Inflación, fue de un 4.0% como punto medio; mientras que el nivel general de precios observado de la canasta básica fue de un 1.17% al cierre del año, indicando un nivel de desvío positivo del orden del 2.83%, favoreciendo el manejo de la política monetaria.
En cuanto al tipo de cambio, los referidos documentos oficiales del 2018 situaron una proyección de RD$51.05 por US$1.00, mientras que en el mercado cambiario cerró al finalizar diciembre con un nivel del precio de ventas de RD$50.49, indicativo de un desvío inferior positivo del orden de RD$0.56; favoreciendo de esa forma a un menor nivel de depreciación y colateralmente a una menor baja presión hacia la tasa de interés doméstica.
En el ámbito de las finanzas públicas, la presión tributaria estimada fue situada en un 14.5% del PIB y la observada en esta opinión, conforme a los datos preliminares de los ingresos tributarios, la sitúa en torno al 14.0% del PIB, equivalente a un desvío negativo de un 0.5%, también del PIB.
La parte relativa a la Base Monetaria Restringida (BMR), compuesta básicamente por los billetes y monedas en circulación y los depósitos transferibles, contemplada en el programa monetario del Banco Central, la colocó para el cierre del 2018 en RD$242,773 millones, como nivel medio; mientras que en las cifras observadas se ubicó en RD$242,828 millones, para un desvío negativo de RD$55 millones, quedando enmarcada dentro del rango estimado al concluir el 2018.
En cuanto a la previsión para el 2019, tanto el panorama macroeconómico del presupuesto nacional, como el programa monetario del BC, correspondiente al 2019, han establecido las metas para la economía dominicana. En lo tocante al PIB se prevé una tasa de crecimiento del orden del 5.0%, una meta de inflación de un 4.0%, un tipo de cambio al finalizar el año en curso de RD$53.10 por US$1.00, una presión tributaria de un 14.8% y una BMR de RD$257,862.
Basado en la experiencia observada de los últimos 3 años de la economía nacional, la previsión de este examen considerado para cada una de las variables indicadas, difiere hacia la baja de la mostrada precedentemente, pero con un grado de holgura a favor del desempeño de la economía y en la dirección del mantenimiento de la estabilidad con crecimiento.
Nuestra opinión considera que la economía dominicana, medida por su PIB, crecerá en el 2019 en aproximadamente un 5.9%, más cercana a su crecimiento potencial y ralentizada respecto al nivel del 2018; la tasa de inflación acumulada rondará al cierre del presente año en un 2.3%, el tipo de cambio de la moneda se ubicaría en alrededor del RD$52.50 por US$1.00, la presión tributaria podría situarse en torno al 14.3% y la BMR concluirá muy cercana a los RD$257,300 millones.
En cualquiera de los dos casos presentados: el de la previsión económica de los organismos oficiales o el del estimado en este examen, ambos muestran un previsible desempeño económico positivo al finalizar el 2019, siempre y cuando los factores apriorísticos identificados en el plano internacional y local no impacten en la dirección opuesta a las metas planteadas.
De todas formas, el seguimiento del acontecer de los escenarios internacional y local no es despreciable; la conectividad mundial potencializa el contagio: en el aspecto negativo, con mayor aceleración y fuerza que en el positivo, el que normalmente presenta niveles de rezagos, al tiempo que, lo improbable siempre acecha, provocando situaciones de consecuencias que, al no ser previsibles, podrían trastornar el desempeño económico esperado.