«Valentino: El Jardín de las Delicias»
Un gran éxito para Pierpaolo Piccioli, en solitario desde la marcha a Dior de su compañera, pero en colaboración con Zandra Rhodes
La fragilidad de los vestidos, la dulzura de los rostros, el espíritu amable del show de Valentino se ganó al público ya antes de que salieran todos sus outfits.
Sin embargo, la prueba era difícil para Pierpaolo Piccioli ya que todos esperábamos ver cómo se manejaría tras la marcha de su socia durante más de dos décadas. Maria Grazia Chiuri salió de la casa italiana a principios de este año para fichar por la francesa Christian Dior, y tuvo un comienzo aceptable con su primer desfile el viernes.
Pierpaolo mostró su gran baza como el romántico de la pareja. Para Valentino primavera/verano 2017, uso una mezcla ganadora de historicismo, técnica italiana y visión sencilla. Pierpaolo quería poner guapa a la mujer.
Y para ello encontró una compañera espiritual inesperada: Zandra Rhodes, la diseñadora británica cuyos estampados dibujados a mano han sido una inspiración perpetua en la moda desde que aparecieran por primera vez en la década de los 70.
Pero en lugar de seleccionar algunas de sus ilustraciones únicas, Pierpaolo fue a Londres y pidió a Zandra que creara algo nuevo para Valentino. Su sueño, una nueva versión del cuadro de Hieronymus Bosch, El jardín de las delicias, incorporando así el arte de El Bosco que tanto adora a las prendas de nuestros días.
«La idea de la pintura de El Bosco surgió al querer partir de conceptos del pasado», explicó el diseñador, que tenía en el mood board las obras originales de Zandra, en forma de diseños y fotos de ella misma en los 70 con el pelo fucsia brillante, una invención del periodo punk, cuando teñirte el pelo de color rosa suponía verdadero impacto.
El resultado fue histórico y moderno a partes iguales, como un vestido negro con inserciones en rosa brillante que parecían lanzas que después dio paso a faldas con rayas anchas. Más tarde salieron otrosvestidos en su mayoría por el tobillo, pero frescos y veraniegos -todavía no habían llegado los preciosos trajes de noche-.
Los total looks eran bastante más relajados que en desfiles recientes de Valentino y escondían cierto aire religioso. Vimos incluso una camisa blanca informal combinada con pantalones de terciopelo estampados y una chaqueta de cuero, acortadas esta temporada.
Le pregunté al diseñador, que celebró el desfile en el mismo gran edificio de otras ocasiones, cómo llevaba el haberse quedado solo.
«La filosofía inicial es no mirar nunca al pasado, pero creo que esta temporada debo mirar dentro de mí, buscar mi idea de la belleza», dijo Pierpaolo.
«Soy italiano», continuó, «y aunque mi idea de la belleza provenga de varios países, en general nace en la misma época, la baja Edad Media, porque fue cuando hubo un salto en la cultura». «Pienso en El Bosco y su Jardín de las delicias -continuó- no lo veo como una pintura del renacimiento, sino anterior, de la Edad Media».
Así que el diseñador, amante de la delicadeza del cuadro, de su fantástica imaginería y sus paisajes detallados, le preguntó Zandra si podía dibujar una interpretación de El Bosco pero en la forma tradicional de la artesanía italiana, no en impresión digital.
Es importante que Valentino, cuyas raíces italianas sembró hace tanto tiempo su fundador, mantenga el equilibrio entre el éxito global y su pasado histórico-artístico italiano. Debe demostrarlo en cada vestido. Los elementos que vimos ya aparecían en colecciones anteriores, pero Pierpaolo hizo su propia versión.
Excepto la colaboración de Zandra, que se encargó de estampar vestidos en georgette de seda en rosa o en amarillo, con sutiles motivos de la cabeza a los pies. Me quedé con un dibujo de cactus y palmeras
en un vestido algo más corto y unas impresiones que parecían marcas de color negro sacadas directamente de la mesa de dibujo.
¿Por qué un renacimiento de Zandra Rhodes a sus 76 años, aunque sus habilidades artísticas hayan estado presentes en la moda durante más de 40 Pierpaolo explicó que necesitaba a alguien que pudiera recuperar los antiguos tratamientos y técnicas de teñido que suavizaran los colores física y visualmente.
Después de toda esta preparación, el desfile fue un éxito, con el público celebrando a coro este primershow del diseñador. Con Giancarlo Giammetti, socio de Valentino, uniéndose al aplauso, le pregunté a Zandra cómo se sentía.
«Para mí fue maravilloso que Pierpaolo llegara con su equipo», dijo.
«Me mostró el libro de Hieronymus Bosch y me pidió que hiciera interpretaciones para enviarlas luego a Como (cuna de la seda en Italia) y sus bordadoras. Se volcó mucho conmigo y con mis dibujos y me siento muy honrada de aparecer en el mood board. Ojalá pueda trabajar con Valentino de nuevo».
Pero Zandra no ha salido de su retiro sólo para hacer este trabajo. Todavía diseña por todo el mundo y tiene una colección única de 10 diseños que se venden online en Matches.
Fuente: Vogue