¡Qué! ¿Y a quién se le ocurre? Sí, quiero ser Presidente y la Constitución no me lo prohíbe. Es más, voy a incoar un recurso de amparo, para que se proteja mi derecho y a nadie se le ocurra salir con un detrás “palante”.
Miren qué bonito suena: Considerando que no hay nada que considerar, porque todo está clarísimo, decreto que el día de Navidad no será el 25 de diciembre. La gente ya se acostumbró a ese día y lo ha hecho rutina sin darle sentido a esa fiesta. Celebran el nacimiento de Jesús y no lo invitan a la fiesta. Prefiero que Jesús nazca sietemesino y nos sorprenda a todos con su presencia.
Decreto que como funcionarios en mi presidencia me acompañarán los chineros, aguacateros, los que compran cosas viejas, menos a la Vieja Belén; también los “motoconchistas” y plataneros. Son gente dura en administración, pues hacen rendir los chelitos milagrosamente.
Decreto que, en lugar de movilizarse en yeepetas con flanqueadores o helicópteros, mis funcionarios vayan a pie o a calitomé, si tienen problemas para caminar. Así contribuimos a disminuir el calentamiento global, la emisión de CO2 y los malvados tapones, que nos tienen vueltos locos y sin idea. Le pediré a Mujica que dé un ejemplo y salga del cepillito que le trajeron en el Arca de Noé. Yo mismo me voy a comprar unos patines para moverme.
Y como la sociedad está ya “jarta” de la burla del Código Penal, le ordenaré a mi Congreso que se dejen de pamplinas y lo aprueben sin dar patente de corso a cuantos, con apoyo legal, les ha cogido ahora con llevarles el pescuezo, el corazón, manitas y los pies a quienes todavía no han nacido y no tienen ninguna culpa. ¡Qué abuso!
Decreto desde ya que, a quien se le ocurra quitar de la Bandera el Escudo Nacional, la Biblia y las palabras Dios, Patria y Libertad, lo manden en los Tucanos para el Canal de la Mona, pues ése no es dominicano, aunque haya nacido en Guachupita.