La canciller alemana, Angela Merkel, fue acusada por no utilizar los miles de millones de euros del superávit para estimular el crecimiento y aferrarse a la política de "cero negro".-

(AFP).-El crecimiento de la economía alemana se desaceleró en 2019, indicó un organismo oficial este miércoles, lo que avivó el debate sobre cómo utilizar los superávits fiscales para incentivar el Producto Interior Bruto (PIB).

La primera economía de la Unión Europea (UE) creció un 0,6% en 2019, una cifra que contrasta con el 1,5% registrado en 2018 y el 2,5% de 2017, indicó la Oficina federal de estadísticas, Destatis.

«El impulso del crecimiento decayó significativamente» el año pasado, declaró el experto de Destatis Albert Braakmann en una rueda de prensa, en Berlín.

No obstante, la institución señaló que los 10 años sucesivos de crecimiento supusieron para Alemania su mayor expansión desde la reunificación del país, en 1990.

Pero, ahora, «la década dorada a la que ha asistido Alemania en términos de crecimiento está tocando su fin gradualmente», apuntó Holder Schmieding, del banco Barenberg.

Guerras comerciales, contratiempos políticos como el Brexit, un crecimiento global más lento y un ritmo de variación casi inusitado en el sector automovilístico acabaron pasando factura a la industria alemana en los últimos años.

«El complicado entorno comercial en el extranjero provoca un estrés permanente en la industria alemana», señaló Fritzi Koehler-Geib, economista jefa del banco público de inversiones KfW.

Gracias a unas bajas cifras de paro y a un sector terciario más resiliente, «la sólida demanda interna salvó a la economía de una recesión el año pasado», agregó.

En el plano internacional, dos elementos podrían darle un respiro a los fabricantes alemanes, orientados a la exportación: la firma, prevista este miércoles, de la «primera fase» de un acuerdo comercial entre China y Estados Unidos; y el reciente voto favorable al Brexit obtenido por el primer ministro británico, Boris Johnson.

La industria de Alemania se vio afectada por mútiples factores, como las guerras comerciales, el Brexit y una desaceleración global del crecimiento.-

Con todo, la agencia de calificación Moody’s advirtió el martes de un «deterioro del ambiente global» que «lastrará el crecimiento de la economía de los países miembros» de la UE en 2020.

El banco central alemán, Bundesbank, apuesta por que el crecimiento de la economía este año sea similar al de 2019, pero algunos gabinetes y analistas apuntan que éste podría ser algo superior, de en torno al 1%.

Destatis informó que el PIB «creció ligeramente» en el cuarto trimestre de 2019, aunque no aportó datos, «una base moderadamente positiva para empezar 2020», tuiteó el analista Oliver Rakau, de Oxford Economics.

– ¿Gastar más? –

Por otro lado, según una primera estimación de Destatis, el país registró en 2019 un superávit de 49.800 millones de euros en sus cuentas públicas, es decir, el 1,5% de su PIB, un descenso respecto al récord histórico de 62.400 millones de euros del año anterior.

Un crecimiento permanentemente anémico y varios retos estructurales -desde una población cada vez más envejecida a infraestructuras deterioradas, pasando por la transición a la producción de autos eléctricos, hicieron que se multiplicaran los llamados para que Berlín gaste más, tanto desde dentro como desde fuera del país.

Sus detractores, denuncian que los sucesivos gobiernos de la canciller Angela Merkel se han empeñado en aferrarse al dogma de la política de presupuestos para evitar déficit ni deudas, conocida como «cero negro».

En los últimos años, los miles de millones de euros de los superávits presupuestarios no se utilizaron para estimular el crecimiento.

«No se necesitan estímulos a corto plazo» en Alemania, recalcó el economista de ING Carsten Brzeski. «En lugar de eso, el superávit debería utilizarse para reforzar las inversiones en sectores bien conocidos: digitalización, infraestructuras y educación», matizó.