No se trata de una idea nueva, pero ciertamente en los últimos años se ha masificado. A principios de los años 90, Disney comenzó a desempolvar su catálogo de clásicos animados para convertirlos en filmes con actores «de carne y hueso», una estrategia que hasta el momento le ha significado ganancias de casi 4.000 millones de dólares.
Buena parte de los clásicos animados de Disney se basaron a su vez en los célebres cuentos para niños de los hermanos alemanes Grimm, que se publicaron por primera vez en dos volúmenes en 1812 y 1815.
«La bella y la bestia», un cuento tradicional francés de mediados del siglo XVIII, cuyo filme animado Disney lanzó en 1991, se estrena hoy jueves en Latinoamérica con actores de carne y hueso.
Con la británica Emma Watson, la película ya ha quebrado récords de preventa, anticipando que podría convertirse en uno de los filmes más taquilleros del año.
Sigue una lista de los remakes con actores «de carne y hueso» de la compañía —que no incluye lanzamientos en video o secuelas, como «Alice Through the Looking Glass» del año pasado— y su recaudación.
En el caso de «El libro de la selva», hay dos versiones tras la cinta de animación de 1967 basada en el libro editado en 1894 por Rudyard Kipling. Se trata de su versión de 1994, que consiguió 43,2 millones de dólares en taquilla y también la de 2016, que recaudó US$ 967 millones.
Basada en «La noche de las narices frías» de 1961, «101 Dálmatas» acumuló 320 millones de dólares tras su debut en 1996. Por su parte, «Alicia en el país de las maravillas», está basada en el libro homónimo de Lewis Carroll, convertido en animación en 1951. Tras su estreno de 2010, acumuló 1.025 millones de dólares.
Por su parte, la cinta «Maléfica» —que tiene como referencia a «La bella durmiente» de 1959— se convirtió en un éxito en 2014 y consiguió US$ 759 millones. El año siguiente el fenómeno se repitió con «Cenicienta», la versión del mismo nombre de la producción animada de 1950, que recaudó 544 millones de dólares.
Obviamente, no siempre las cintas son un éxito tan enorme. Un caso es «Mi amigo el dragón», que debutó en 2016 y era un remake de «Pete’s Dragon», una mezcla de animación con actores «de carne y hueso» de 1977. Si bien consiguió 144 millones de dólares en salas, no fue de lo más taquillero del año.
Referencia: El Mercurio