La Hermandad Emaús-Hombres de la Arquidiócesis de Santo Domingo, realizará el primer encuentro Testigos del Resucitado, en el que cientos de hombres darán testimonio de su fe cristiana, y orarán a la vez, para que la paz y la armonía entre los dominicanos, diga presente en los próximos procesos electorales.
El encuentro se realizará el domingo 9 de febrero, en el auditorio del Colegio Quisqueya, ubicado en la avenida 27 de Febrero, casi esquina Carmen de Mendoza, y contará con la participación de decenas de sacerdotes y obispos de la Iglesia Católica, así como con el arzobispo metropolitano, monseñor Francisco Ozoria, quien lo clausurará en la tarde, con una solemne Eucaristía.
Al brindar la información, Augusto Sánchez (Uto), Coordinador General de la Hermandad Emaús-Hombres de esta Arquidiócesis, explicó que “en el encuentro participarán exclusivamente hombres de Emaús, pertenecientes a esta Arquidiócesis, donde se espera la asistencia de más de un millar de sus miembros”.
“A este primer encuentro Testigos del Resucitado, están siendo invitados, todos los miembros Coordinadores Generales o Diocesanos (hombres) de las demás diócesis del país, y en particular, las de san Pedro de Macorís y Baní, por razones de cercanía o vecindad.
Uto Sánchez enfatizó que el encuentro es de carácter espiritual, y que será una convivencia en la que los hermanos de Emaús, con sus testimonios y presencia, proclamarán seguir a un Jesús Vivo, no a un Jesús histórico o muerto, y que éste es quien guía sus vidas.
Señaló que el encuentro busca corroborar la gran misión que tienen los hombres de Emaús como cristianos comprometidos, al servicio de la Iglesia, de sus pastores, de sus comunidades parroquiales, y al servicio de la sociedad.
Sin embargo dijo que, como hombres no ajenos a la situación social, económica y política del país, este primer encuentro Testigos del Resucitado también será el espacio ideal para pedir que Dios guíe el pensamiento y las acciones del pueblo dominicano, quien, con su voto en las próximas elecciones, decidirá gran parte del destino de la nación.
Concluyó repitiendo el eslogan de dicho evento: ¡Ha resucitado el Señor, y yo soy testigo de ello!