Hoy se cumple el 207 aniversario del natalicio de uno de los activistas liberales dominicanos que siempre soñó, y a la vez luchó por una patria libre e independiente.
Pero hoy no solo celebramos ese natalicio, sino que es recibido en medio de disputas por la libertad de prensa, la inseguridad ciudadana y la falta de algunos servicios en muchas comunidades.
Vamos a continuar luchando por esa patria que forjaron nuestros patricios.
Juan Pablo Duarte
Nació el 26 de enero de 1813 en Santo Domingo colonial (actual Ciudad Colonial) durante el período conocido como la España Boba, en el seno de una familia de clase media que se dedicaba al comercio de artículos de marina y ferretería en la zona portuaria de Santo Domingo. En sus memorias, el trinitario José María Serra de Castro le describió como un hombre de tez rosácea, labios finos, ojos azules, y cabellera rubia que contrastaba con su negro y espeso bigote. Hijo de Juan José Duarte Rodríguez (próspero comerciante peninsular procedente de Vejer de la Frontera, Cádiz, España) y Manuela Díez Jiménez (natural de El Seybo, hija del colono español Antonio Díez Baillo y de la criolla Rufina Jiménez Benítez). Duarte fue el cuarto de once hermanos, siendo los más conocidos Vicente Celestino, comerciante de madera y Rosa Protomártir, quien se desempeñó como periodista y maestra. Ambos tuvieron una activa participación en la causa independentista de su hermano.
Ideó y presidió la lucha de varias organizaciones civiles-político-militares clandestinas como La Dramática, La Filantrópica y la más conocida, La Trinitaria, creadas para luchar contra la invasión haitiana y por la independencia de la República Dominicana.
Duarte supervisó y financió en gran medida la guerra de independencia llevada a cabo por sus compañeros de lucha, lo que derivó en su ruina económica y la de su familia, poseedora de amplias riquezas provenientes de los negocios de comercio marítimo que realizaba su padre. Su visión liberal se vio socavada por las élites conservadoras, que pretendían someter el país a las potencias coloniales y volver al regionalismo tradicional. Sin embargo, sus ideales democráticos han servido como principios rectores para la mayoría de los gobiernos dominicanos. Su iniciativa lo convirtió en un mártir político a los ojos de las generaciones posteriores.
En 1842, Duarte se convirtió en oficial de la Guardia Nacional, dirigida en aquel tiempo por el gobierno haitiano. En 1843 participó en la «Revolución Reformista» contra la dictadura de Jean Pierre Boyer, quien amenazaba con invadir la parte occidental de la isla con intención de unificarla. Tras la derrota del presidente haitiano Charles Herard y la proclamación de la independencia dominicana en 1844, la Junta formada para designar al primer gobernante de la nación eligió por mayoría a Duarte para presidirla pero él declinó la propuesta, tomando el cargo en su lugar Tomás Bobadilla.
Duarte sostuvo fuertes desacuerdos con sectores conservadores, en especial con el terrateniente Pedro Santana, quien consideraba inviables las ideas independentistas de Duarte. De estas pugnas, Santana salió fortalecido mientras que Duarte sufrió varios destierros, finalmente vivió en Venezuela donde fue recibido y acogido, quedándose a vivir en este país hasta finalmente morir exiliado en 1876.
Fuente: Wikipedia.com