Por Margarita Cedeño de Fernández
Durante toda la campaña política para las elecciones municipales hemos escuchado sobre el impacto que tendrán las elecciones locales en las elecciones presidenciales y congresuales del próximo mes de mayo. Cada quién le otorga un peso distinto a la variable de las elecciones locales y al aporte que el resultado del próximo domingo 16 de febrero tendrá en las campañas políticas que iniciarán unas semanas después.
Pero más allá de esa realidad, que es innegable, lo importante es concentrarnos en el rol de los gobiernos locales para satisfacer la creciente demanda de servicios por parte de los ciudadanos y, a la vez, la necesidad de acercar la administración pública a los ciudadanos a través de los gobiernos municipales.
La gestión descentralizada ha demostrado dar resultados en todas partes del mundo. Hoy en día, los gobiernos locales asumen nuevas competencias que impactan los flujos económicos, políticos, sociales y demográficos. Cada vez más son determinantes en el comportamiento de los ciudadanos y se encargan de prestar los servicios que requieren los ciudadanos en el día a día.
Pero además, los gobiernos locales tienen una gran responsabilidad de cara a la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible. Una gobernanza correcta en los municipios aporta al logro de los 17 objetivos planteados en la agenda global.
Cualquier política de desarrollo local debe tomar en cuenta lo que algunos ya están llamando el apartheid urbano, que no es más que la marginalidad que genera la falta de planificación urbana y la ausencia de muchos gobiernos locales en el diseño de las intervenciones de desarrollo local que requiere la actual estructura social y económica del país.
Debemos aspirar a una nueva cultura política donde tanto el Gobierno central como el local, comprenden su rol en el desarrollo y lo ejecutan desde una visión complementaria al carácter unitario del Estado dominicano.
La reforma municipal, que tantas veces se ha planteado y que quedó inconclusa luego de la promulgación de la Ley núm. 176-07, debe volver al debate público, con el propósito de transformar prácticas institucionales y políticas que están arraigadas en el seno de los Gobiernos municipales y que deben cambiar urgentemente.
Los planes de desarrollo local son responsabilidades compartidas que resultan ser la clave para la equidad social, son la herramienta más importante en la lucha contra la rampante desigualdad social que vive América Latina. Los problemas nacionales deben abordarse desde lo individual hasta lo colectivo, y este enfoque comienza por cada Municipio y Distrito Municipal.
Por eso es tan importante pensar en las elecciones municipales como una oportunidad para ver mayores avances en los temas que nos impactan a nivel nacional. La incidencia de las políticas públicas impulsadas en el nivel municipal es decisiva en temas como la seguridad ciudadana, el bienestar social, el cuidado del medio ambiente y el combate al cambio climático; el uso de suelo y la explotación de los espacios públicos.
En la historia moderna, las ciudades constituyen escenarios claves para la construcción de ciudadanía y los gobiernos locales son los llamados a asumir la cotidianidad, las demandas más específicas de la ciudadanía, las dimensiones culturales de la vida en sociedad y son parte del motor que impulsa el desarrollo nacional. Es por eso que en lo local nos estamos jugando el bienestar nacional.