La suspensión de los combates en la provincia rebelde siria de Idlib, presa de una violenta ofensiva del régimen y de Moscú, copaba este viernes una intensa actividad diplomática que debía culminar con una conversación telefónica entre los presidentes turco y ruso, actores claves del conflicto.
Antes de esa conversación, que Ankara y Moscú programaron para las 15H00 GMT, Erdogan habló por teléfono sobre la situación de Idlib con Emmanuel Macron, presidente de Francia, y con la canciller alemana, Angela Merkel, a quienes pidió «acciones concretas para impedir una catástrofe humanitaria», según la presidencia turca.
El jueves, la cancillería alemana había anunciado que Merkel y Macron expresaron su «preocupación» por la «situación humanitaria catastrófica» en Idlib durante una entrevista telefónica con el presidente ruso, Vladimir Putin, cuyo país es el principal apoyo del régimen de Damasco.
La canciller alemana y el presidente francés «expresaron su voluntad de reunirse con el presidente Putin y con el presidente turco, Erdogan, para encontrar una solución política a la crisis», añadió la cancillería.
En Moscú, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, indicó el viernes a la prensa que «se está discutiendo la posibilidad de que se celebre una cumbre» pero matizó que «todavía no hay ninguna decisión clara al respecto».
Por su parte, Erdogan afirmó que se estaba barajando la posibilidad de celebrarla el 5 de marzo, en Estambul, pero que Putin debía dar su visto bueno.
– «Determinante» –
«La entrevista de hoy [con Putin] determinará nuestra actitud futura», agregó. «Mientras que el régimen continúe con su crueldad, descartamos completamente retirarnos de allí».
En virtud de un acuerdo alcanzado con Rusia, Turquía, que apoya a grupos rebeldes, cuenta con doce puestos de observación militares en la provincia de Idlib, varios de los cuales se encuentran ya en zonas que reconquistó recientemente el presidente sirio, Bashar al Asad, gracias a una ofensiva lanzada en diciembre con el apoyo de la fuerza aérea rusa.
El jueves, Turquía anunció que dos de sus soldados habían sido abatidos en un bombardeo aéreo atribuido al régimen sirio, con lo que ya serían 16 los militares turcos muertos en el noroeste de Siria en lo que va de mes.
La región de Idlib es objeto de un acuerdo de «desescalada» firmado por Rusia y Turquía, que saltó en pedazos en las últimas semanas.
Desde entonces, Turquía y Rusia no han dejado de alzar el tono, y ahora se teme que ambos países -que tienen intereses opuestos- acaben enfrentándose sobre el terreno, pese a su estrecha colaboración en el dosier sirio desde 2016.
Unas 900.000 personas, mayoritariamente mujeres y niños, huyeron de la zona desde diciembre, según la ONU.
– «Enorme sufrimiento» –
Ahora Ankara teme que la situación en esa región, fronteriza con Turquía, degenere en una nueva ola de refugiados, mientras que ese país ya acoge a más de 3,6 millones de sirios.
Los líderes de la Unión Europea exigieron este viernes en Bruselas el cese de la ofensiva militar en Idlib, una intervención «inaceptable» que ha provocado un «enorme sufrimiento humano».
El jueves, el ejército ruso indicó que había llevado a cabo bombardeos para repeler un ataque de facciones armadas apoyadas por Ankara contra posiciones del régimen sirio, e instó a Turquía a «dejar de apoyar las acciones de grupos terroristas y de darles armas».
Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), grupos apoyados por Turquía habían lanzado una ofensiva en la región de Al Nayrab, al sur de Idlib, que dejó 25 combatientes muertos en ambos bandos.
La artillería turca bombardeó posiciones del régimen para apoyar el ataque, señalaron el OSDH y Rusia.
Erdogan ha pedido varias veces a las fuerzas de Al Asad que se retiren de algunos sectores de Idlib antes de febrero, so pena de recurrir a la fuerza.
Y mientras Ankara sigue enviando refuerzos militares al noroeste de Siria, su ministro de Defensa, Hulusi Akar; el jefe del Estado Mayor, Yasar Guler, y el jefe del ejército de tierra, Umit Dundar, visitaron este viernes a las tropas desplegadas en la frontera entre Siria y Turquía.
Fuente: AFP