Luego de una ausencia de 20 años desde que en la República Dominicana se jugara el último encuentro de exhibición de Grandes Ligas con los Medias Rojas de Boston y los Astros de Houston como protagonistas, ayer regresó por todo lo alto a nuestra patria, y las emociones no fueron para menos.
En esta ocasión les tocó el turno a los Mellizos de Minnesota y a los Tigres de Detroit ser parte de la historia al jugar un partido de entrenamiento de primavera previo a la temporada de Grandes Ligas, y más de diez mil fanáticos se dieron cita en el Estadio Quisqueya para presenciar dicho evento.
El dominicano Miguel Sanó, de los Mellizos, fue uno de los protagonistas de este encuentro al pegar un enorme cuadrangular de 2 carreras en la alta de la tercera entrada ante los envíos del zurdo Daniel Norris, que puso a vibrar a la fanaticada dominicana que presencio este partido de exhibición en suelo dominicano por primera vez en dos décadas.
«Desde que me levante para este juego, tenía una alegría tan grande que no la sentía desde que había nacido mi hijo, ya que jugar en mi país y con mi equipo de Grandes Ligas fue muy especial», manifestó el inicialista criollo.
Recordar que Sanó viene de una temporada en la que tuvo promedio de .247 con 94 hits, 19 dobles, 2 triples, 34 jonrones y 79 carreras remolcadas con Minnesota el año pasado.
Cuando se le cuestionó que si el ambiente que se vivía en el Coloso del Ensanche La Fe le hacía pensar en el Clásico Mundial de Béisbol del 2021, dijo que era mucho más especial jugar en suelo dominicano con su equipo de Grandes Ligas que en el mismo Clásico, y si el mismo fuera en el país, sería aún más especial.
El nativo de San Pedro de Macorís también manifestó su agradecimiento a su compañero y compatriota Nelson Cruz, de quien dice ser su papá y que le ha ayudado en muchas cosas dentro y fuera del terreno de juego.
Previo al encuentro entre las 2 franquicias que comparten la división central de la Liga Americana, tanto Sanó como Cruz deleitaron a los fanáticos que fueron llegando temprano al parque capitalino a presenciar las prácticas de bateo de ambos equipos, sobretodo la de 2 de sus peloteros criollos preferidos que en dichas prácticas sacaron varias pelotas, quedando encantados con el espectáculo que ambos dieron antes de que se efectuara el partido que marcaría un antes y un después en la historia de un país que en más de 60 años ha producido los mejores jugadores para las Grandes Ligas.