¿Cuáles son los indicadores de salud que en la coyuntura de la epidemia del Covid-19 pueden ser útiles para comprender la crisis sanitaria por la que atraviesa el país?
En tiempos de epidemia, como la del coronavirus, adquiere mucho más importancia conocer su prevalencia e incidencia; sin embargo, para disponer de indicadores básicos representativos, se requieren de datos absolutos que reflejen la realidad de la enfermedad. Los indicadores del Covid-19, que equivale a decir, Corona (Co), virus (vi) y enfermedad (disease = d), en la mayoría de los países tendrán que depurarse, dado que, en la primera etapa no se disponía de un sistema de control de calidad en la recolección de los datos.
Uno de los indicadores que las autoridades dominicanas ofrecen en cada uno de los boletines, es la tasa de letalidad, la que al día de la elaboración de esta opinión es de un 4.6 %. Conocer el referido indicador es clave para la política sanitaria y no es para menos, dependiendo de su valor, se podría inferir que tan efectivo ha sido el protocolo implementado.
El uso diario en los medios y en conversaciones coloquiales se tiende a igualar la tasa de letalidad con la de mortalidad, pese a que son distintas. La tasa de letalidad, es un indicador que mide la cantidad de fallecidos sobre la cantidad de contagiados de la enfermedad, como la del Covid-19 y la tasa de mortalidad, cuantifica los fallecidos por la epidemia entre la población total del país. Como el primer indicador de letalidad es mayor que el de la mortalidad, se expresa con un amplificador como el 100, de ahí lo de porcentaje; en cambio, el segundo, su resultado tiende a ser muy pequeño, se expresa con un amplificador, como el mil, cien mil o en millones.
De igual manera, las autoridades publican el indicador por sexo, edad, etc.. El dato es relevante porque al cuantificar la prevalencia por grupo de edad, sexo o síntomas, permite enfocar decisiones públicas sanitarias para la prevención o mitigación. Al medirse la frecuencia o peso que tiene un tipo de dato sobre el total de datos, estamos determinando la incidencia de la enfermedad, como la del Covid-19 en un conglomerado específico o tipología de síntomas.
Al publicarse el lugar de residencia del Covid y decir que el Distrito Nacional es el de mayor presencia, se está afirmando que la mayor cantidad de contagiados se ubican en esa localidad o señalar, que la tasa de letalidad en el hombre es mayor que el de la mujer, quiere decir que el sexo masculino es el de mayor riesgo a fallecer, -aunque para algo más depurado, habría que identificar las precondiciones-. De la misma manera, agrupar síntomas permite adelantar un diagnóstico clínico, aunque luego se verifique mediante el de laboratorio.
En lo relativo a la tasa de contagio, con frecuencia diaria el ministerio de salud nos ofrece la cantidad de contagiados. Si queremos determinar el referido indicador, como representativo de si la epidemia está desapareciendo o expandiéndose, con calcular el coeficiente de propagación es suficiente, para lo cual se establece la razón entre la cantidad de contagiados de la fecha más reciente sobre la anterior. En el caso de la tasa de contagio la del 24-25 y 26 de abril es de 1.037 – 1.031 y 1.035, significando que cada contagiado infecta no más de una persona de una persona y podría sugerir que se está entrando a la fase del aplanamiento de la curva.
El aplanamiento de la curva de contagiados puede ser la antesala de la disminución de la curva, su posterior control y luego la desaparición de la epidemia, de mantenerse las medidas que han favorecido los resultados alcanzados hasta la fecha y la población continúe prestando la colaboración.
Si la tasa de contagio es igual a uno, es representativo de la presencia de la epidemia, si es mayor que uno indicativo de expansión y menor que uno señal de que la enfermedad comienza a ceder. De ahí que, la política sanitaria una vez en el país aparezca un brote o se desarrolle una epidemia de una enfermedad, procuran posicionar la tasa de contagio o propagación por debajo de uno.
La tasa de contagio a su vez nos permite apreciar la velocidad de la epidemia, útil para la determinación de la intensidad de la propagación del Covid-19. Por ejemplo, la velocidad del número de contagiado del lapso de los últimos tres días (Del 23 al 26 de abril) ha sido de 1.043 y 1.035 contagiados por día, lo que significa que ha disminuido la velocidad.
A su vez, la tasa de contagio es relevante para pronosticar de manera simple la cantidad de contagiado que habrá al día siguiente o en futuro cercano. Basado en la tasa de contagio del 24 de abril que fue de 1.037, la del 25 de abril debe ser en torno a los 5,962 y la real fue de 5,926, apenas 36 casos menos, por lo que la estimación estuvo bien cercana. La estimación para el 26 de abril debe andar en alrededor de 6,108, pero la observada fue de 6,135, también muy cercana a la previsión.
En la misma línea, la tasa de crecimiento del Covid-19, que se expresa en porcentaje, resultado de dividir los contagiados del día más reciente sobre el anterior o una media simple de un determinado tiempo. La correspondiente al 26 de abril fue de un 3.52 % y la promedio simple de los últimos seis días es de un 5.11 %, indicativo que se ha reducido la tasa de expansión de la epidemia del coronavirus.