Arabia Saudita, el primer exportador de petróleo del mundo, anunció este lunes un plan de austeridad para hacer frente a la caída del crudo y la pandemia de coronavirus, que incluye triplicar la tasa del impuesto sobre el valor agregado y suspender los subsidios a sus ciudadanos.
Con estas medidas el país espera ahorrar unos 100.000 millones de riales (unos 24.610 millones de euros).
«Se decidió poner fin al pago del subsidio de vida cara [que se paga a los sauditas] a partir de junio de 2020 y que el IVA pase del 5% al 15% a partir del 1 de julio», declaró a la agencia de prensa oficial SPA el ministro de Finanzas, Mohamed Al Jadaan.
Por otra parte, el gobierno «anula, escalona o aplaza» los gastos relacionados con los grandes proyectos de desarrollo destinados a modernizar la economía del país y a hacerla menos dependiente de las exportaciones de petróleo, añadió.
El ministro indicó que la decisión es necesaria por la «caída sin precedentes» de la demanda mundial de petróleo y por la «fuerte caída de ingresos petroleros» para el país.
También citó otros dos «choques» para la economía saudita: el freno de la actividad relacionado con las medidas de confinamiento y los gastos públicos «no previstos» en el sector sanitario.
Arabia Saudita es el país árabe del Golfo más afectado por la pandemia, con más de 39.000 casos de infección y 246 fallecimientos por la enfermedad, según las últimas cifras oficiales.
La semana anterior, el ministro ya advirtió que harían falta medidas «dolorosas» y «drásticas» para el presupuesto del país, que depende mucho de las exportaciones de petróleo.
Igual que otros países del Golfo, Arabia no tenía IVA hasta el 1 de enero de 2018, con una tasa inicial del 5%, en un contexto de caídas de precios del petróleo desde 2014.
Para compensar el aumento del coste de la vida para los menos favorecidos, las autoridades crearon una subvención que representa miles de millones de dólares de gasto cada año.
El gobierno cree que Arabia Saudita podría perder la mitad de sus ingresos fiscales relacionados con el petróleo, que representan el 70% del total.
En marzo, cuando empezaron a notarse los primeros efectos económicos de la pandemia de coronavirus, Arabia Saudita entró en una guerra de precios del petróleo aumentando su producción y reduciendo el coste de entrega para sus clientes, con la esperanza de preservar o incluso aumentar su cuota de mercado.
Pero esta estrategia arriesgada dividió el precio del petróleo saudita por tres en lo que va de año.
Arabia Saudita prevé pedir prestados casi 60.000 millones de dólares a lo largo del año para financiar su déficit presupuestario. Tras años de excedente, el presupuesto del país está en rojo desde 2014.
En abril, el Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó una contracción de 2,3% de su Producto Interior Bruto en 2020.
«Los ciudadanos sauditas empiezan a notar concretamente el impacto económico del virus», apunta Yasmine Faruk, especialista de Arabia Saudita en el centro de reflexión Carnegie Endowment for International Peace.
«Las dificultados [económicas] se acompañan de un control más importante de gastos del Estado, sobre todo de los millones gastados para (…) eventos de entretenimiento», indica.
Fuente: Agencia Francesa de Prensa