El presidente palestino, Mahmud Abas, amenazó con poner fin a la cooperación en materia de seguridad con Israel, que proyecta anexar los territorios en Cisjordania ocupada, pero la estrategia palestina parece confusa en este dosier sensible, estiman los analistas.
Abas ya había anunciado la ruptura de «todas las relaciones» con Israel y Estados Unidos después del anuncio en enero del plan de Washington para Oriente Medio, que propone la anexión del valle del Jordán y de las colonias judías de Cisjordania, territorio ocupado desde 1967 por Israel.
Para el presidente palestino, este proyecto muestra que Israel no se siente obligado a respetar los acuerdos de paz de Oslo de 1993. Y por tanto, los palestinos tampoco, afirmó el martes por la noche.
«A partir de hoy (miércoles)» el gobierno deja de sentirse atado a «todos sus acuerdos y compromisos con los gobiernos estadounidense e israelí, y todas sus obligaciones relacionadas con dichos compromisos y acuerdos, incluidos los relativos a la seguridad», afirmó.
«Esperamos que los acuerdos sobre la seguridad se mantengan, que el trabajo en el terreno para garantizar la seguridad de la gente en Israel y de los palestinos continúe», declaró en Washington el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, durante una rueda de prensa.
Abas no dio detalles sobre su anuncio, pero el vicepresidente de su partido, Mahmud al-Alul, aseguró a la AFP que los detalles se concluirán próximamente.
«Desde ayer por la noche (martes), todos los contactos con los israelíes, en particular en lo que respecta a la seguridad, han cesado», agregó.
Según los analistas, el fin de la cooperación en materia de seguridad podría poner en riesgo la tranquilidad relativa en Cisjordania, donde viven 2,7 millones de palestinos, además de 450.000 israelíes residentes en colonias consideradas ilegales por el derecho internacional.
El emisario de la ONU para el conflicto de Oriente Próximo, Nickolay Mladenov, dijo que Israel debe «abandonar sus amenazas de anexiones» y los dirigentes palestinos tienen que «retomar conversaciones» con los países implicados en el proceso de paz en la región.
Mladenov llamó a los otros miembros del cuarteto (la UE, Rusia y EEUU) a «trabajar con la ONU y lograr rápidamente una propuesta que le permita desempeñar su papel de mediación y trabajar conjuntamente con los países de la región para hacer avanzar la paz».
En París, el ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Yves Le Drian reveló ante el parlamento que Francia, junto con Alemania, España e Italia, trabajan para que «todo el mundo vuelva a la mesa de negociaciones», y advirtió que no se descartan sanciones en caso de una anexión.
— Dificultades —
Tareq Baconi, del International Crisis Group (ICG), considera que la cooperación «no se puede desmantelar de un día para otro».
Israel controla todos los puntos de entrada de Cisjordania y la coordinación con el Estado hebreo es necesaria incluso cuando Abas se desplaza entre Ramala y cualquier otra ciudad palestina.
«Habrá un impacto no solo en la libertad de movimiento (de los palestinos) sino, en todo, hasta el suministro de alimentos», dice Baconi, que alega que Abas pretende aumentar la presión sobre Israel para que modere su proyecto.
Las declaraciones de Abas se producen poco después de la asunción de un nuevo gobierno de unión en Israel entre el primer ministro Benjamin Netanyahu y su exrival electoral Benny Gantz.
El gobierno israelí debe pronunciarse a partir del 1 de julio sobre la estrategia para llevar a cabo el plan del presidente estadounidense, Donald Trump.
Joe Biden, candidato demócrata a la elección presidencial de noviembre, mostró su oposición al proyecto de anexión, al considerar que socava toda esperanza de paz, mientras la Unión Europea (UE) recordó al Estado hebreo la necesidad de respetar el derecho internacional.
El rey Abdalá II de Jordania, el único país árabe con Egipto que ha firmado acuerdos de paz con el Estado hebreo, ha advertido que habrá un «conflicto mayor» con su reino en caso de anexión.
Según Oded Eran, antiguo embajador israelí en Jordania, el Estado hebreo teme que peligren sus relaciones con el reino hachemita.
Y mientras el primer ministro Benjamin Netanyahu considera que «es hora» de pasar a la anexión, su nuevo socio y ministro de Defensa Benny Gantz es más reticente y podría frenar el proyecto, según Eran.
Para Yosi Beilin, uno de los arquitectos israelíes de los acuerdos de Oslo firmados con los palestinos, las críticas crecientes que suscita el proyecto de anexión tendrán un «impacto en el gobierno israelí».
«Al menos va a acentuar los debates internos» entre los campos de Netanyahu y Gantz, asegura.
Fuente: Agencia Francesa de Prensa