El fabricante de automóviles francés Renault, con graves dificultades financieras y debilitado por la crisis del coronavirus, anunció el viernes la supresión de 15.000 puestos de trabajo en el mundo.
La medida forma parte de un plan de recortes de 2.000 millones de euros (unos 2.200 millones de dólares) en tres años.
«Este proyecto es vital», dijo la directora general, Clotilde Delbos, citada en un comunicado. Las supresiones representan un 8% de los efectivos del fabricante en el mundo.
Francia también se verá afectada, con la supresión de 4.600 empleos de los 48.000 que tiene en el país.
Los despidos no serán directos sino a través de jubilaciones no remplazadas y «medidas de reconversión, de movilidad interna y de salidas voluntarias», indicó Renault.
El grupo tiene sobrecapacidades de producción a nivel mundial y en febrero anunció sus primeras pérdidas en diez años.
La crisis del coronavirus dio otro golpe al mercado del automóvil, que ya estaba en crisis. En abril las ventas cayeron un 76,3% a causa del cierre de los concesionarios en muchos países.
– Nueva estrategia –
En este contexto, Renault y sus aliados, Nissan y Mitsubishi Motors, decidieron el miércoles un cambio de estrategia para privilegiar la rentabilidad frente a la carrera para producir cada vez más que había puesto en marcha el expresidente del grupo, Carlos Ghosn.
El objetivo es ahora producir en común cerca de la mitad de los modelos de las tres empresas de aquí a 2025.
Nissan, por su parte, reducirá un 20% su capacidad de producción mundial en los próximo tres años y cerrará una planta en España.
En el caso de Renault, la planta de Flins (cerca de París), con 2.600 trabajadores, dejará de producir coches en 2024 y se reconvertirá al reciclado de piezas.
En total Renault solo cerrará una fábrica de las 14 que tiene en Francia, confirmó la compañía el viernes.
En el resto del mundo la compañía que comercializa cinco marcas anunció la «suspensión de proyectos de aumento de capacidades previstas en Marruecos y Rumanía».
Renault también está estudiando «la adaptación de las capacidades de producción en Rusia y la racionalización de la fabricación de cajas de cambio en el mundo».
La capacidad mundial de producción debería pasar de 4 millones de vehículos actualmente a unos 3,3 millones.
El recorte es muy importante: 650 millones de euros (722 millones de dólares) anuales menos en costos fijos, 800 millones (889 millones de dólares) menos en ingeniería y 700 millones (777 millones de dólares) de ahorro en gastos generales, entre otros.
En total la reducción supone 2.150 millones de euros (2.390 millones de dólares) anuales menos en costos fijos cuando termine el plan.
Ahora queda por conocer la reacción del Estado francés, el principal accionista del grupo, con 15% del capital.
El martes, tras los rumores de prensa del cierre de plantas en Francia, el presidente de la República, Emmanuel Macron, reclamó «garantías» para el futuro de los asalariados.
Macron presionó a Renault advirtiendo que el Estado no garantizará un préstamo de 5.000 millones de euros (5.560 millones de dólares) antes de las negociaciones con la compañía previstas la próxima semana.
Francia anunció este semana ayudas de unos 8.000 millones de euros (8.900 millones de dólares) al sector del automóvil del país.
Coincidiendo con el anunció del plan de Renault, uno de sus rivales europeos, el alemán Volkswagen anunció una inversión de 2.000 millones de euros (2.200 millones de dólares) para desarrollar los coches eléctricos en China, el primer mercado mundial del automóvil.
Fuente: Agencia Francesa de Prensa