Los equipos de rescate birmanos continuaban el viernes las operaciones de búsqueda de desaparecidos tras un gigantesco deslizamiento de tierra la víspera en una mina de jade al norte del país, que causó hasta ahora más de 160 muertos.
Se trata de la peor catástrofe registrada en la industria de jade en Birmania, un sector opaco y poco regulado donde las condiciones de trabajo son peligrosas, en particular durante la temporada del monzón.
Por el momento se hallaron 166 cuerpos y 54 heridos fueron trasladados a hospitales de la región, según los bomberos.
La búsqueda de cuerpos continúa, pero es complicada debido a las lluvias torrenciales.
Familiares de las víctimas llegaron para identificar los cuerpos alineados bajo unas lonas, según imágenes difundidas en las redes sociales.
Varias decenas de mineros pertenecían a la etnia llamada rakaine o arakanesa, indicó el Partido Nacional de Arakan (ANP).
La tragedia tuvo lugar en la región minera de Hpakant, cerca de la frontera con China, de difícil acceso y donde los deslizamientos de tierra son frecuentes.
Fuente: Agencia Francesa de Prensa