El Estado español tendrá el 16% del capital del futuro banco formado por la fusión de CaixaBank con Bankia, rescatado de la quiebra en 2012 con fondos públicos, según un comunicado de Bankia el viernes.
Los consejos de administración de los dos bancos dieron luz verde el jueves por la tarde a la operación –-en la práctica la adquisición de Bankia por parte de CaixaBank-– que creará el banco líder del país en términos de activos.
«El canje establecido supone que los accionistas de CaixaBank representarán, inicialmente, el 74,2% del capital de la nueva entidad, y los de Bankia, el 25,8%», según el comunicado de prensa.
La participación del Estado, que actualmente es el mayor accionista de Bankia con el 61,8% del capital, «alcanzará el 16,1%», un poco más de lo que estimaban los analistas, que contaban con alrededor del 14%.
En 2012, el Estado había salvado a Bankia de la quiebra inyectando 22.000 millones de euros (26.000 millones de dólares), más de la mitad de los fondos europeos concedidos a España para evitar el colapso del sector bancario, en crisis por el estallido de la burbuja inmobiliaria en medio de la crisis financiera mundial.
Desde entonces, el Estado trató de desprenderse de su participación para recuperar el dinero de los contribuyentes, pero el contexto financiero nunca fue favorable.
Por el momento, solo recuperó 3.300 millones de los 22.000 millones invertidos, vendiendo parte del capital en el mercado.
Para financiar esta «fusión por absorción», CaixaBank realizará una ampliación de capital de un máximo de 2.079 millones de euros (2.460 millones de dólares).
El precio ofrecido a los accionistas de Bankia para el intercambio de sus acciones supone «una prima del 20%» sobre el precio en bolsa al cierre el 3 de septiembre, fecha en la que se anunció el proyecto de fusión.
«La entidad combinada superará los 664.000 millones [786.000 millones de dólares] en activos totales, un volumen que le convertirá en el banco de mayor tamaño del mercado doméstico (…) y una capitalización bursátil superior a los 16.000 millones de euros», unos 19.950 millones de dólares, según el comunicado.
Gonzalo Gortázar, actual director general de CaixaBank, mantendrá el mismo cargo, mientras que José Ignacio Goirigolzarri, actual presidente de Bankia, será nombrado presidente de la entidad.
El nuevo banco, que conservará el nombre de CaixaBank, tendrá 20 millones de clientes en España y tendrá la primera cuota de mercado en términos de depósitos (24%) y préstamos (25%).
Como resultado de la fusión, el banco ahorrará 770 millones de euros (912 millones de dólares) al año a partir de 2023.
El banco tendrá el índice de morosidad más bajo en España, con un 4,1%, según el comunicado.
Fuente: Agencia Francesa de Prensa