Yulissa Álvarez
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Especialistas explican la situación actual del país en esta materia y el aumento de la solicitud de estos servicios por la pandemia
Desde marzo hasta la fecha, como consecuencias del COVID-19, se han atendido de manera presencial y virtual más de 11, 105 familias que han presentado problemáticas de salud mental preocupantes, como aumento de la depresión, ansiedad, estrés postraumático, conflictos de pareja, ideas suicidas, consumo de alcohol y drogas, según datos de la Asociación de Profesionales de la Psicología del Sector Salud (Asosalud).
En ese sentido, el presidente del Colegio Dominicano de Psicólogos (Codopsi), Amaury Ramírez, explicó que la pandemia produjo un aumento del consumo de sustancia psicoactiva, por lo que personas que ya habían avanzado en el proceso de desintoxicación volvieron hacia atrás por el encierro.
“La pandemia tendrá un efecto colateral, no durante la pandemia, sino en la pospandemia. Dice la OMS (Organización Mundial de la Salud) que viene una pandemia pospandemia y esa es la de la salud mental, muchas de las situaciones que se están viviendo hoy van a tener repercusiones a mediano y largo plazo en la población”, dijo.
De su lado, el psicólogo y director del Centro de Investigación y Ciencias de la Familia de la Universidad Católica de Santo Domingo (UCSD), Luis Vergés, indicó para conocer la situación actual del país en materia de salud mental se debe analizar qué tanta calidad tiene el servicio.
“Cuando inicio la cuarentena y las personas no podían salir y necesitaban el servicio, las instituciones que tienen que ver con la salud mental se pusieron a la altura de la situación y comenzó a darse el servicio de manera virtual y vía teléfono”, indicó el especialista.
Vergés explicó que para realizar esta labor más de mil psicólogos y psiquiatras se solidarizaron con la población para ofrecer estos servicios, tanto a través del Ministerio de Salud, del Codopsi y de los profesionales de programas de algunas universidades.
Durante esta jornada entre 17, 000 a 20,000 personas solicitaron este tipo de atención.
El especialista indicó que el segundo momento se da una vez las personas empieza a retornar a una cierta normalidad, por lo cual se necesitan estructuras para el manejo de los casos. Esta etapa la denominó como la “etapa poscrisis”, donde se abarca el desempleo, los duelos no resueltos, las enfermedades y la ansiedad con nuevas incertidumbres.
En ese punto, Vergés concuerda con Ramírez (del Codopsi), al precisar que la mayor crisis que se enfrentará en la pospandemia será la de la salud mental, por lo cual el país debe preparase mejor. En ese sentido, el especialista recomendó crear nuevas estructuras, sobre todo a nivel comunitario, en la atención primaria, para que las personas no tengan dificultades de acceso.
“Hay que incentivar la proliferación de los servicios de ayuda en línea, porque hay problema de la salud mental que la primera ayuda se puede hacer en línea, aunque ya a nivel de profundidad tenga que hacerse presencial”, dijo.
Problemática de los servicios
A su entender, los servicios de salud mental han estado centralizados en áreas de atención privada y desde el Ministerio de Salud Pública, pero en el primer caso muchas veces están fuera del alcance de la población de clase media hacia abajo.
“Ante lo que se aproxima, tanto el sector público como en el privado, deben acercarse más a la comunidad. Por ejemplo, diseñar una política de instituciones de atención psicosocial en la comunidad, de tal forma que las personas no tengan esa barrera, ni por razones geográficas o por costos”, precisó.
Señaló que la pandemia obligo al país a brindar servicios de forma virtual, herramienta ya utilizada en otros países. La otra debilidad, a su entender, es que el servicio de salud mental siempre ha estado fuera del alcance la mayor parte de la población por razones de costos.
“Ahora a raíz de la crisis nos damos cuenta de que esa proliferación de unidades de atención es una necesidad no es un lujo y también teníamos serias debilidades a raíz de estigma que hay sobre la salud mental; esa todavía es una tarea pendiente”, indicó.
Afirmó que existe mucho secretismo y vergüenza por parte de las personas que tienen problema de salud mental, cuando no debería ser así.
Exclusión de la salud mental en el país
Para el presidente de Codopsi, Amaury Ramírez, la salud mental en República Dominicana es un tema pendiente en el Sistema Familiar de Salud, pues las coberturas son casi inexistentes.
Ramírez explicó que las aseguradoras solo pagan a un profesional de la psicología 228 pesos de diferencia por consulta, por lo cual el paciente asume el costo de más del 90 %.
Indicó que una consulta psicología oscila entre los RD$1,800 y RD$3,000.
“Existe exclusión de la salud mental en la Seguridad Social, tampoco cubre las pruebas diagnósticas, porque dentro de los catálogos de servicios no les han colocado los códigos a las pruebas psicométricas”, dijo.
Las pruebas o aplicación de tests oscilan en precios desde los RD$2,000 hasta estudios que pueden superar los RD$10,000, precisó el profesional.
Ramírez destacó que otro elemento muy importante es que muchas terapias no la cubren la Seguridad Social, por lo cual ese costo debe asumirlo el paciente.
Citó como ejemplo las terapias de pareja y las relacionadas a los temas de adicción. De igual forma, indicó que no hay cobertura para los internamientos de esta clase de pacientes.
Además, dijo que los profesionales están marginados en términos salariales, pues mientras un psiquiatra cobra por encima de los cincuenta mil pesos, un psicólogo no alcanza los 30 mil.
Con relación a los servicios psicológicos que se ofrecen a través de la red de hospitales públicos, Ramírez precisó que están los relacionados con la terapia familiar, asistencia en casos de depresión y problemas infanto-juvenil, pero de forma muy limitada. A su entender, al sector público le hace falta más de seis mil psicólogos para dar un servicio atendiendo a la cantidad de personas que necesitan este tipo de atención.
Fuente: Diario Libre