Por Liza Collado
La celebración del día de las madres es una tradición más antigua de lo que muchos podamos imaginar, los registros de la humanidad se remontan a la antigua Grecia con el tributo a Rea, madre de los dioses; Justo cuando llegaron los romanos entonces los festejos pasaron a ser para Hilaria, cada 15 de marzo en el Templo de Cibeles. Finalmente, desde la llegada del cristianismo estas honras se hacen en honor a la madre de Dios, la Virgen María.
En nuestros días gran para de América Latina celebra el día de las madres el segundo domingo del mes de mayo, en el que se recuerda a las mujeres que comparten este rol de amor con otras tantas actividades multidisciplinarias de la vida social, política y las ciencias.
Los Estados Unidos oficializaron este día en 1914 en el mandato del presidente Woodrow Wilson, no obstante, ya en 1870 la ciudad de Boston fue el escenario en el que con la participación de las mujeres que estuvieron presente en la guerra de secesión, la activista y poeta Julia Ward Howe había organizado una manifestación pacífica en la que se realizó la primera proclama a las madres en territorio norteamericano.
En República Dominicana lo festejamos oficialmente este último domingo de mayo, es un día de grandes celebraciones, en el que se agasajan las madres, abuelas, tías, amigas y aquellas mujeres que son madres del corazón; algunas descansan en la tierra cuidándonos desde el cielo pues las madres no abandonamos. Particularmente, pienso que no existe privilegio igual que ser dadora de vida.
Esta fecha trae un sabor agridulce pues muchas madres se han ido en lo que ha transcurrido el año, han pasado a otro plano a ser resguardo de sus hijos. Es importante que cuidemos los recuerdos de quien tanto nos ama, de aquellas que han ofrendado su vida para entregar servidores útiles a la sociedad. ¡Que Dios bendiga a todas las madres!