Mariela Mejía
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Entiende que no se debería pagar más el peaje sombra
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En análisis solicitado por el Ejecutivo dice contrato es nulo
En respuesta a la solicitud que le hiciera el Poder Ejecutivo para estudiar la legalidad y equidad del contrato para la construcción de la carretera a Samaná, el abogado Emmanuel Esquea Guerrero le recomendó que el expediente se tramite al Ministerio Público y se procure la autorización de un juez para que el Estado ocupe y controle dicha vía, por la que se deben presupuestar miles de pesos para subsidiar el peaje sombra.
En el proyecto de presupuesto del Estado para 2022 fue otorgado un monto de RD$4,652,595,981 para el peaje sombra con el que el Gobierno cubre a la concesionaria el déficit del tráfico vehicular que se registra en la vía. El monto supera el que se destinaría individualmente a ministerios como el de Deportes, de la Mujer, de Trabajo, de Cultura, de la Juventud y de Energía y Minas, la Cámara de Cuentas, el Tribunal Constitucional y otras.
“El Gobierno no debe pagar un centavo de eso, un centavo; que ellos (la concesionaria) le deben a la República Dominicana”, dijo Esquea ayer a Diario Libre. “Por eso sugerí que lo mandaran al Ministerio Público, porque hay todos los elementos de delito”.
El abogado recomendó al Poder Ejecutivo acudir a la Justicia “en razón de las múltiples violaciones constitucionales y legales” que supone el contrato, “sumadas al perjuicio sufrido por la población y el presupuesto nacional, por el manifiesto desequilibrio económico y contractual existente”.
El pasado 27 de febrero, el presidente Luis Abinader anunció que se le buscará una solución legal al “infame” peaje sombra por el que el Estado había pagado hasta esa fecha RD$26,835 millones como parte de los ingresos mínimos que debe garantizar a la concesionaria. El Ejecutivo, entonces, contrató a Esquea como consultor independiente.
El contrato de concesión de la carretera Santo Domingo-Samaná se rubricó el 18 de julio de 2001 en el gobierno de Hipólito Mejía. Cuando se firmó entre el Estado, representado por el entonces secretario de Obras públicas, Miguel Vargas, y la sociedad Autopistas del Nordeste, se acordó que el primero asumía el compromiso de pagar un Ingreso Mínimo Garantizado (IMG) o Peaje Sombra para cubrir al segundo el déficit del tráfico vehicular, para que se lograra una tasa interna de retorno.
En el informe que Esquea remitió el 20 de julio pasado, le indicó al consultor jurídico Antoliano Peralta que el Estado ha estado pagando un IMG “sin tener ninguna obligación jurídica” que lo justifique, pues aunque el contrato menciona un anexo en el que se establecía ese pago, y en otro anexo se ratificó, dichas obligaciones “no se formalizaron porque el Congreso no aprobó dichos anexos”.
Lo mismo observó para la contratación de la carretera Boulevard Turístico del Atlántico, como continuación del contrato firmado en 2001.
El precio de esa obra (carretera Nagua-Samaná-Las Terrenas-Rincón) comenzó en US$104,200,000 y terminaríá en US$185,746,752.52, incluyendo el mantenimiento durante 28 años, calculó Esquea. El interés promedio es de 10 % anual.
Análisis entregado al Poder Ejecutivo
En el análisis que Esquea remitió al consultor jurídico del Poder Ejecutivo este observó que dentro de las actividades a cargo de la concesionaria estaba la contratación de una empresa que hiciera el estudio de tráfico para determinar el número de vehículos que transitarían por la carretera Santo Domingo-Samaná (nombre oficial es Juan Pablo II).
“Aunque, según el contrato, el Estado seleccionaría esa empresa, quien finalmente negoció con ella fue la sociedad ADN (Autopista del Nordeste), razón por la cual esta empresa fijó un número inalcanzable de vehículos, lo que determinó que el IMG fuera tan elevado”, notificó.
Agregó: “Tanto la iniciación como la culminación del diseño de tráfico que sirvió para la determinación del ‘Ingreso Mínimo Garantizado’ (…), se hicieron después de suscrito y aprobado el contrato. Esto significa que el Estado firmó el contrato sin saber cuál era la suma que debía pagar por concepto de ese ingreso que se comprometió a garantizar”, destacó.
Consideró importante ese punto, ya que el Ingreso Mínimo Garantizado está determinado en función de la cantidad de vehículos diarios que harían uso de la carretera.
Otras observaciones que hace Esquea son que el contrato no da una explicación al porqué, sin establecer cuál sería el costo final del proyecto ni definir la tasa de financiamiento, se hizo una tabla de pagos por US$1,325,232,222, correspondiente a más de 10 veces el valor de la obra.
Análisis entregado al Poder Ejecutivo
El contrato firmado en 2001 estableció que la sociedad Autopistas del Nordeste construiría la carretera Santo Domingo-Cruce de Rincón de los Molinillos (o a Samaná) durante tres años y su operación sería por 30 años.
Esquea analizó que dicho contrato nació afectado de nulidad en razón de que no responde a los criterios sobre los que se declaró ganador de la licitación al Consorcio del Nordeste, dejando abierto para determinar en el futuro en beneficio del concesionario, el costo final de la obra y el IMG.
Agregó que el contrato es nulo debido a que se violaron las leyes que establecen las condiciones para licitar –que observó fueron cambiadas por Obras Públicas y la concesionaria después del concurso– y la procedencia del capital de la empresa contratista, así también como la composición accionaria, ya que calcula que el 55 % sería extranjero (colombiano e italiano) y 45 % dominicano, cuando la participación extranjera no debería sobrepasar por ley el 50 %. También, vio una desproporción a favor de lo extranjero en los puestos gerenciales.
También, notó que la sociedad de Boulevard Turístico del Atlántico es absolutamente de capital extranjero y sus directivos también.
José Santana Suriel, presidente de la Comisión Permanente de Hacienda de la Cámara de Diputados, está de acuerdo en que el contrato hay que revisarlo, pero indicó que no se podría hacer en el presupuesto del Estado del 2022, sino fuera del proyecto.
Fuente: diariolibre.com.do