No hay duda de que Aruba es la Isla más feliz del Caribe; y es que existe una razón de fondo para toda esa alegría desbordante tan característica de los Arubianos: su bonita historia!!
La isla de Aruba fue descubierta por Alonso de Ojeda en el año de 1499. Desde ese momento, esta bonita isla, pasó a ser propiedad de la corona española y sus conquistadores decidieron llamarla “La Isla de los Gigantes” en honor a los aborígenes de gran estatura que allí habitaban y que eran descendencia de los colonos de Aruba. Algunos siglos después, en 1636, fue conquistada por la Compañía Holandesa de las Indias Occidentales, que mantuvo su control por casi dos siglos.
Luego en 1805, durante las Guerras Napoleónicas, los ingleses lograron someter a la isla por un breve periodo de tiempo, hasta que en 1816 la devolvieron al dominio de los Países Bajos. Unos años después, en 1828 la isla pasa a vivir bajo el control de las Indias Occidentales Danesas y en el año de 1848 llega a formar parte de las Antillas Neerlandesas. Durante el siglo XIX la isla de Aruba fue escenario de una gran fiebre por el oro y vio construirse en uno de sus puertos la refinería más grande del mundo en aquella época.
En el año 1986, la isla de Aruba obtuvo un estatus aparte dentro del Reino de los Países Bajos y desde ese entonces es reconocida como un país autónomo. Esto significa que la isla mantiene total control sobre todos sus procesos políticos, culturales y económicos. En lo que respecta a temas de defensa nacional, relaciones con el exterior, ciudadanías y otros similares, Aruba aún se rige por las leyes del Reino de los Países Bajos.
Gracias a su historia de múltiples conquistas y amalgamas entre diferentes culturas, la isla de Aruba ha sido bendecida con una población cuyas características principales son la alegría y la hospitalidad. Por eso es reconocida como la Isla feliz del Caribe: gracias a las sonrisas constantes de sus habitantes y también dado a la felicidad que despierta en todos los viajeros que la visitan. Aruba es rica en ritmos, lenguas nativas como el papiamento (mezcla de español y afroportugués) y el neerlandés, que se enseña en todas las escuelas a los niños desde muy pequeños como lengua oficial.
Antes de que el avión toque tierra firme en el Aeropuerto Internacional Reina Beatrix de Aruba, las primeras postales sobre este paraíso caribeño ya comienzan a guardarse en la memoria.
La cálida bienvenida con música local y un aeropuerto lleno de colores son sinónimo de que el viaje ya comenzó. ¡Bonbini! -que significa dulce bienvenida en Papiamento, lengua local-.
Saliendo del aeropuerto y camino hacia la zona de playas, el toque holandés que se percibe por las calles de Oranjestad, entre coloridas construcciones, locales comerciales, restaurantes y puestos callejeros no pasa desapercibido para los turistas que caminan despojados de toda preocupación después de un día de playa soñada, sol y relax.
Y la tranquilidad que se siente en sus orillas no se debe solamente a sus dias de sol asegurado, con casi inexistencia de lluvias y una ubicación privilegiada fuera del área de huracanes. Se debe también a la calidez indiscutible de su pueblo y una seguridad en las playas públicas que no deja de sorprender.
Es el destino ideal para unas vacaciones en familia, despojado de todo tipo de preocupación. Es que en Aruba no hay problemas de clima, ni de tránsito, ni de aglomeración de gente, ni de inseguridad. Son vacaciones para el cuerpo y el alma.
Palm Beach es la playa más popular de Aruba, donde se concentran las principales cadenas hoteleras internacionales, muelles para actividades náuticas, junto a centros comerciales y, no está de más decirlo, la movida nocturna.
Le sigue Eagle Beach, comprendiendo dos largas franjas de arena blanca ubicadas en el lado oeste de la isla y adornados por los Divi Divi: el árbol más famoso de la isla, que con los vientos alisios, que soplan en forma constante hacen que el calor sea soportable, y soplan a los divi-divi hacia un costado dejándolos recostados casi por completo hacia el oeste.
También se destacan playas más apartadas como Arashi, en la punta norte, con aguas poco profundas y calmas. O Baby Beach, también un poco alejada pero ideal para familias con niños, ya que se puede caminar unos 20 metros hacia dentro sin que el mar cubra la cintura.
El árido Parque Nacional Arikok (que ocupa un 20% del país), su mariposario, una visita de compras por el centro de la pintoresca Oranjestad, las ruinas de Bushiribana, safaris en jeep, las Formaciones Rocosas de Ayo, el legendario Faro Blanco y hasta una piscina natural, permiten distraer por un momento la atención de sus reconocidas y mencionadas playas y encontrarse con algunas de las tantas opciones de actividades para hacer con niños.
En el centro de la isla se puede tomar un paseo gratuito en tranvía por sus calles principales, donde se aprecia el estilo holandés en la arquitectura.
La isla derrocha felicidad, más allá de su slogan. Siguiendo una investigación de cinco años acerca de la felicidad; conducida por la Autoridad de Turismo de Aruba y la Rosen College de Administración Hotelera de la Universidad de Florida Central (UCF), los resultados arrojaron que el 78% de la población de Aruba es feliz, mientras que el 76% también expresa su satisfacción con su vida a largo plazo.
La famosa marca «Aruba, una isla feliz» ha estado presente, con algunas interrupciones, por casi 40 años. Pero para Aruba, la felicidad es más que un tema de moda o eslogan; es una parte inherente del ADN de la isla.