HAITÍ.- Haití es uno de los países con mayores tasas de secuestros del mundo y la situación ha empeorado desde el año pasado.
Hasta septiembre del 2021 se habían registrado más de 600 secuestros, comparados con los 231 ocurridos en el mismo período del año anterior, de acuerdo datos del CARDH.
De acuerdo a esta organización, gran parte de este repunte de secuestros es responsabilidad directa de 400 Mawozo, que ayer secuestró al agregado Agrícola y Comercial de República Dominicana en Haití, Carlos Guillén Tatis.
El grupo, cuyo nombre en español significa «los 400 hombres inexpertos», opera en el distrito en el este de Puerto Príncipe, donde frecuentemente ejecutan secuestros, robo de vehículos y extorsión a empresarios, según las autoridades.
Este grupo criminal es uno de los alrededor de 150 que cada día atemorizan la capital haitiana.
Son bandas que han ganado más terreno aprovechando la delicada situación del país más pobre del hemisferio occidental.
La fragilidad de las instituciones y la crisis política agravada por el asesinato en julio del presidente Jovenel Moïse ha generado un caldo de cultivo aún mayor para el empoderamiento de estas pandillas.
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Cada banda opera en barrios y distritos diferentes, y con frecuencia pelean unas contra otras para hacerse con el control de varias actividades criminales.
Solo en Puerto Príncipe, la presencia de estas pandillas ha forzado la huida de casi 20.000 ciudadanos de sus casas y ha generado caos en los servicios públicos.
Algunas de estas bandas han formado alianzas y creado organizaciones más poderosas, notoriamente la llamada «G9 y Familia», descrita como «una federación criminal» de nueve de las bandas más fuertes de Puerto Príncipe.
Cómo son los secuestros
Las víctimas de los secuestros suelen ser tanto haitianos como extranjeros y por ellos se piden rescates que muchas veces superan las ganancias anuales de un haitiano medio.
Uno de los modus operandi de 400 Mawozo es el secuestro colectivo tanto de vehículos privados como públicos, explica el CARDH.
Quién lidera la banda
Hace casi un año, la policía haitiana emitió una orden de captura para un hombre llamado Wilson Joseph, supuesto líder de 400 Mawozo.
La orden atribuía a Joseph los cargos de homicidio, intento de asesinato, secuestro, robo de autos y rapto de camiones con mercancías.
Al supuesto líder también se le conoce con el sobrenombre de «Lanmò Sanjou», que significa «la muerte sin día».
La banda conocida como 400 Mawozo (400 Novatos) saltó a la fama mundial por el secuestro de 17 misioneros menonitas norteamericanos por los que pidieron un rescate. Los misioneros fueron liberados en pequeños grupos sin que nunca las autoridades de Estados Unidos o Haití admitir que pagaron el rescate, pero tampoco sin tener confrontaciones con la banda.
Supuestos vínculos con la política
La obtención de dinero a cambio de rescates, extorsiones, venta de drogas y tráfico de armas son considerados los principales motivos detrás de la ofensiva de las pandillas haitianas.
Sin embargo, algunos analistas también han vinculado esta escalada de crimen con la turbulenta clase política.
En julio, un informe gubernamental decía que existían «cuestiones políticas y electorales» detrás de la violencia.
«Ciertos partidos políticos establecen redes de clientela con grupos armados para acceder al poder o mantenerlo», de acuerdo a un fragmento del informe.
Medios locales también han reportado testimonios que denuncian que algunos de lo perpetradores de los secuestros han usado vehículos registrados como gubernamentales.
La banda llamada «G9 y Familia»
El jefe criminal más temido de Haití se llama Jimmy Cherizier, aunque es más conocido como Jimmy «Barbecue».
Según él, porque su familia regentaba un negocio de carne a la brasa; según algunos testigos de la violencia haitiana, porque acostumbra a quemar las casas y los cadáveres de sus víctimas.
Aunque empezó como agente de la policía, hoy es el líder del llamado G-9 y Familia, una alianza de algunas de las bandas más peligrosas en uno de los países más peligrosos del mundo.
El G9 y Familia ha contribuido al caos que se ha adueñado del país caribeño, agravado tras el asesinato el pasado julio de su presidente Jovenel Moïse.
La desaparición del dirigente parece haber encolerizado a «Barbecue», que ahora amenaza con lanzar a su organización a una «revolución» contra la «corrupta» élite política del país.
Nacido en Puerto Príncipe, la capital haitiana, ni las sanciones que Estados Unidos ha impuesto contra él, ni ninguna autoridad de su país han servido hasta ahora para pararle los pies.
De policía a criminal
Ya en su época de funcionario policial, Cherizier cruzó la línea que separa ambos lados de la ley.
Se le atribuye la participación en la muerte de nueve civiles que cayeron en el marco de lo que se presentó como una operación oficial contra las mafias en Grand Ravine, un barrio de Puerto Príncipe, en noviembre de 2017.
Según Jeremy McDermott, del centro de estudios sobre el crimen organizado Insight Crime, «la policía haitiana está penetrada por elementos de las pandillas y hay grupos que actúan fuera de la ley».
Fuente: eldia.com.do