Samantha Granville
La mañana en que la Corte Suprema de EE.UU. anuló Roe v Wade hubo un cambio palpable en la atmósfera de una clínica de abortos en Little Rock, Arkansas.
Fue entonces cuando todo se puso de cabeza.
Las puertas al final del pasillo que conduce al área de pacientes se cerraron instantáneamente; detrás de ellas, se podía escuchar el sonido del llanto.
La BBC ha pasado las últimas tres semanas en la clínica Little Rock Family Planning Services, entrevistando al personal y a las pacientes que entran por sus puertas. Por lo general, se nos ha recibido con saludos alegres.
Pero cuando se tomó la decisión de la Corte, se nos pidió que nos fuéramos de inmediato para que pudieran tener tiempo a solas para procesar.
Los escoltas de la clínica, que día tras día habían estado de pie bajo el calor de Arkansas acompañando a las pacientes a atravesar una multitud que a menudo se reúne a las afueras del centro médico para protestar contra el aborto, se abrazaron en grupo.
«Pensé que este país todavía se preocuparía por la gente. Todavía se preocuparía por las mujeres», dijo Karen, la escolta principal.
Afuera, los manifestantes contra el aborto celebraron, pero dijeron que había más que cambiar.
«Será un día de celebración, pero no lo celebraremos por completo hasta que el aborto sea erradicado de nuestra tierra», le dijo a la BBC Hoyt Plunkett.
«¡Estás sobre aviso!», gritó otro manifestante a la gente que seguía estacionando sus autos en la clínica. Aún no se habían enterado de la decisión.
«Mi sugerencia es que den la vuelta y abandonen este lugar de pecado, este lugar de inequidad, este lugar malvado», señaló el manifestante.
En todo Estados Unidos, clínicas como la de Little Rock están cerrando sus puertas, presumiblemente por última vez.
Arkansas, junto con otros 12 estados de EE.UU., tiene lo que se conoce como una ley «gatillo« o ley desencadenante que inmediatamente prohíbía el aborto si Roe v Wade era anulada.
Cuando la Corte Suprema emitió su decisión el viernes por la mañana, otorgando a los estados la autoridad para restringir el aborto, estas leyes comenzaron a entrar en vigor.
Mientras que algunos estados, como Texas, habían escrito períodos de espera en la ley, retrasando lo inevitable, Arkansas había redactado su ley desencadenante para que entrara en vigor tan pronto como el fiscal general del estado, su principal abogado, certificara que la Corte Suprema les dio el poder para hacerlo.
Leslie Rutledge, fiscal general republicana de Arkansas, le dijo a la BBC que apoyaba la ley desencadenante y la decisión de la Corte Suprema.
«Creo que muchos de nosotros no pensamos que tal vez sucedería alguna vez en nuestras vidas», indicó.
El aborto solo es legal para salvar la vida de la madre; no hay excepciones por violación o incesto.
«Esta es una vida inocente de la que estamos hablando. Y esa vida inocente comienza en la concepción», afirmó Rutledge.
«(Solo) porque se formó en circunstancias malvadas no hace que ese niño inocente sea malvado».
Ahora, las mujeres en Arkansas que enfrentan un embarazo no deseado tienen menos opciones.
Pueden salir del estado para hacerse un aborto (la clínica más cercana en un estado que permite el aborto está a 5 horas) o pueden decidir quedarse con su hijo.
El estado no tiene licencia familiar remunerada y el Medicaid, un seguro de salud financiado con fondos públicos, solo cubre a las madres de bajos ingresos. durante 60 días después del parto.
Rutledge dijo que el gobierno de Arkansas «siempre ha estado allí para apoyar a esas madres», pero que «siempre deben buscar más formas de ayudar a los padres que quieren ser padres amorosos y asegurarse de que cuiden a esos niños».
El personal de Little Rock Family Planning pasó la mañana llamando a las pacientes para cancelar citas y ayudarlas a reservar en diferentes estados.
Ashli Hunt, una enfermera registrada, se echó a llorar esta mañana e inmediatamente salió corriendo para recuperar el aliento.
«No importa cuánto nos preparemos para las malas noticias, cuando finalmente llega, golpea duro. Tener que llamar a estas pacientes y decirles que Roe v Wade fue anulada es desgarrador», dijo unas horas más tarde, cuando tuvo tiempo para procesar la noticia.
Ashli ha trabajado en la clínica durante 14 años y afirma que no soloo está desconsolada por las pacientes que están perdiendo su derecho a elegir, sino también por ella misma.
«No solo les están quitando la elección a las mujeres, sino que también me están quitando a mí lo que yo siento que debería estar haciendo», señaló.
Jenifer Thompson, quien vino aquí por primera vez como paciente hace más de una década antes de convertirse en miembro del personal, dijo que la clínica ayudó a salvar su vida.
Afirma que después de hacerse un aborto aquí y recibir ayuda para obtener anticonceptivos, quedó tan impresionada con la atención que comenzó como voluntaria.
Con el tiempo se convirtió en miembro del personal remunerado y obtuvo su título de enfermería.
Una batalla con el alcohol hizo que la despidieran, pero dice que «el mejor jefe del mundo» le dio una segunda oportunidad al volver a contratarla después de haber comenzado su recuperación.
Ahora asegura estar devastada porque ya no podrá ayudar a mujeres como alguna vez la ayudaron a ella.
«Tengo que decirles que lo siento, pero no hay nada que pueda hacer por ellas. Lamento que tu novio te golpee todos los días y que te viole todo el tiempo, vas a tener que encontrar otro lugar a donde ir», expresa.
«Quiero decir, puedo darles información para tratar de encontrar ayuda, pero es desgarrador, porque este lugar me salvó la vida literalmente, varias veces».
Más tarde, el viernes por la noche, unos 1.000 manifestantes se reunieron frente al congreso estatal, en su mayoría para condenar la decisión de la Corte Suprema.
Allí estaba uno de los escoltas de la clínica. «Hoy lloramos. Mañana peleamos», dijo.
Fuente: bbc.com