Por Mikel García
El comportamiento agresivo en los niños y las alteraciones de conducta constituyen el problema más frecuente en las consultas de salud mental infanto-juvenil. Esta problemática es motivo de estrés en el hogar y puede favorecer episodios de violencia verbal o física entre los miembros adultos de la familia.
¿Qué entendemos por agresividad infantil?
La palabra agresividad deriva del latín “agredi”, que significa “atacar”. Atacar o agredir implica que alguien está decidido a imponer su voluntad a otra persona u objeto, amenazando con causar o causando daño físico o psíquico. En el caso de los niños, la agresión suele presentarse de forma directa, como un acto violento contra una persona. Este acto de violencia puede ser físico (patadas, empujones, pellizcos…) o verbal, como insultos, palabrotas o amenazas. Otra forma de agresión sería aquella en la que el niño arremete contra los objetos de las personas que se oponen a sus deseos.
La explicación del comportamiento agresivo en los niños es compleja. No puede buscarse sólo en relaciones causa-efecto concretas o factores individuales o familiares. Debe contemplarse un marco más amplio.
Un nuevo estudio sugiere que los suplementos de omega-3 pueden ayudar a reducir el comportamiento agresivo de los niños, además de reducir la agresión psicológica entre los adultos que cuidan de los niños y que no reciben suplementación.
“Este estudio ha sido el primero en demostrar que la suplementación de omega-3 en niños puede reducir la agresión psicológica entre los cuidadores (padres, madres, abuelos…) que no reciben suplementación”, dijeron los investigadores de la Universidad de Massachusetts-Lowell, la Universidad de Pensilvania y el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo de los EE.UU. en la revista científica Aggresive Behaviour.
“Los resultados sugieren que la mejora del comportamiento del niño a través de la suplementación con omega-3 podría tener beneficios a largo plazo en el sistema familiar en su conjunto”.
En definitiva, mediante la mejora del comportamiento del niño se reduce el nivel de estrés general del hogar, lo que conduce a que los miembros de la familia se lleven mejor.
Detalles del estudio
Los investigadores, dirigidos por Jill Portnoy, reclutaron a 200 niños y sus cuidadores para que participaran en un ensayo aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo, estratificado y de grupos paralelos. Los niños fueron asignados aleatoriamente para que recibieran durante 6 meses una bebida de frutas rica en omega-3 (conteniendo 1 gramo de omega-3) o la misma bebida de frutas sin el omega-3. Los cuidadores adultos informaron sobre las agresiones psicológicas y físicas entre la pareja y dirigidas al niño al inicio del estudio, tras 6 meses de intervención y de nuevo después de 12 meses.
Los datos indicaron que la suplementación con omega-3 condujo a reducciones a largo plazo de las agresiones psicológicas.
Los investigadores también encontraron correlación entre las agresiones psicológicas de los adultos y las mejoras de las puntuaciones de comportamiento de los niños.
Aunque los resultados sean positivos y prometedores, los investigadores advirtieron que los niveles de agresión psicológica y física de los participantes de su estudio eran bajos desde el principio y, por lo tanto “los hallazgos pueden no ser generalizables a muestras más extensas y con una mayor violencia en la pareja”.
Posibles efectos sinérgicos
Los investigadores observaron que tanto los beneficios de los adultos como los de los niños podrían mejorarse aún más si los cuidadores también recibieran una suplementación con omega-3 directamente.
“Es posible que una suplementación simultánea de los niños y sus cuidadores pudiera tener efectos sinérgicos que redujeran los problemas de conducta en comparación con la suplementación de uno de ellos únicamente”, escribieron. “Esto sería consistente con las investigaciones sobre el hecho de criar a los niños y la capacitación de habilidades sociales, que han demostrado que proporcionar capacitación a ambos, cuidador y niño, es más eficaz que proporcionar capacitación a uno solo”.
Los investigadores dijeron que sería necesario estudiar esto en una nueva intervención. “En general, los resultados sugieren que las intervenciones diseñadas para la reducción de los problemas de conducta de los niños podrían obtener el beneficio añadido de la reducción de la violencia familiar en su conjunto”, concluyeron.
Referencias
Portnoy J, Raine A, Liu J, Hibbeln JR. Reductions of intimate partner violence resulting from supplementing children with omega-3 fatty acids: A randomized, double-blind, placebo-controlled, stratified, parallel-group trial. Aggress Behav. 2018 May 20.
Fuente: https://grandesmedios.com