Ginebra.- Una de las causas del poder que han adquirido las bandas criminales que ahora controlan el 60 % del territorio de Haití es que existen poderosas élites locales a las que les interesa que éstas sigan creando el caos, dijo hoy un alto representante de derechos humanos de la ONU.
“Una de las raíces (de esta crisis) ha sido siempre el control de estas pandillas por gente que tiene interés económico y político de que éstas sigan operando”, sostuvo el alto comisionado para los derechos humanos, Volker Türk.
Por esta razón, consideró que medidas como sanciones financieras contra responsables de esta situación son importantes. Aparte de ello, el Consejo de Seguridad de la ONU ha decretado un embargo de armas en relación a Haití.
“Espero que funcione porque sino seguimos teniendo una crisis que se alarga en el tiempo y para la que no hay solución a la vista”, agregó.
La situación se ha degradado este año en Haití hasta niveles inconcebibles- 4,7 millones de personas sufren hambre y 1.448 haitianos han sido asesinados, 1.145 heridos y más de un millar secuestrados por las pandillas para obtener dinero de rescates.
Türk consideró que una fuerza de paz de la ONU “no se aplica» para la situación de Haití y que hay que centrarse en la propuesta del secretario general de la organización para reforzar a las fuerzas policiales “a través de un sistema de apoyo internacional».
“Lo que es importante es que la policía pueda cumplir con su deber de garantizar la seguridad de los ciudadanos”, opinó.
La violencia sexual es una de las facetas más graves de la violencia en Haití, donde se ha convertido en “una manera en que las bandas controlan territorio, ejercen presión sobre la población y muestran de una manera horrible que ellos son los que tienen el control»-“Es una de las degradaciones que se ven cuando se llega a una situación caótica y de anarquía, en la que la violencia sexual es un factor adicional. Es escalofriante para la población y es un tema que debe ser tomado en cuenta”, anotó el alto comisionado.
Türk sostuvo que no todo está perdido y que “las soluciones existen, pero requieren valor y responsabilidad política, tanto a nivel nacional como internacional».