La jornada concluyó con misa en la Catedral Primada de América
La Pastoral de la Salud de la Arquidiócesis de Santo Domingo conmemoró la trigésima primera Jornada Mundial del Enfermo en el país, con el despliegue de actividades organizadas desde el día dos hasta el 11 de febrero, concluyendo con la celebración de una eucaristía en la Catedral Primada de América, presidida por el arzobispo metropolitano de Santo Domingo, monseñor Francisco Ozoria.
Monseñor Ozoria recordó que el papa Juan Pablo II instituyó hace 31 años esta jornada anual en el Día de Nuestra Señora de Lourdes, protectora de los enfermos.
“El punto clave del mensaje de este año es que lo hagamos como una comunidad, como pueblo de Dios, como sociedad civil, en general, que pensemos en los enfermos, seamos sensibles a la enfermedad y al dolor. El papa Francisco nos hace ver que debemos tomar una acción, una actitud. Puede extenderse a un cuidado organizado, institucional”, expresó
Dijo que toda la comunidad debe estar de frente al enfermo cumpliendo el mandato: cuida de él. «Esto es un desafío para la sociedad entera, y es un mandato también para que los recursos de la humanidad se pongan a los servicios de los enfermos, que se invierta en salud, en el cuidado de los enfermos. Debemos salir de la indiferencia ante el dolor y la enfermedad, pues, ese peligro es muy común.”
Ozoria reconoció al personal de la Pastoral de la Salud y a las entidades dedicadas a la atención y acompañamiento de los pacientes y sus cuidadores, haciendo un llamado a cultivar la solidaridad con el prójimo y superar desafíos estructurales para garantizar el bienestar común.
Asimismo, Sor Trinidad Ayala Adames, coordinadora general de la Pastoral de la Salud, agradeció la confianza en el cuidado en los establecimientos de salud, en la red de centros hospitalarios, de atención primaria y visitas domiciliarias. «Destacamos al Hospital Padre Billini con sus autoridades y personal que nos han servido de anfitrión como centro de salud. Nunca olviden que el sustantivo persona siempre esté primero que el adjetivo enferma.”
Extendió la gratitud a los gestos de ternura y cercanía de los trabajadores de la salud de la Iglesia Católica, de organizaciones públicas, privadas, sin fines de lucro y voluntarios; así como a los feligreses y familiares dedicados a cuidar a los enfermos.
En la eucaristía, se dieron cita funcionarios gubernamentales y representantes del sector salud y farmacéutico; así como una amplia delegación de la Asociación Dominicana de Voluntariado Hospitalario y de Salud (ADOVOHS), feligreses y relacionados.