El pasado fin de semana de la temporada regular 2023 de las Grandes Ligas, marcó los últimos partidos del toletero venezolano Miguel Cabrera en esta industria, y por ende con los Tigres de Detroit.
Cabrera se retira por la puerta grande del Big Show, disparando 4 indiscutibles en 11 turnos y remolcando 1 vuelta en la serie entre los Guardianes de Cleveland y los Tigres de Detroit, y en presencia de sus hijos, los cuales bajaron al terreno de juego luego de jugar la octava entrada en la primera base, para abrazar a su padre.
No hay dudas de que la tierra de Simón Bolívar ha dado a las Grandes Ligas peloteros como Luis Aparicio, Bobby Abreu, Andrés Galarraga, Omar Vizquel, Dave Concepción, Magglio Ordoñez, entre otros, los cuales han recopilado muy buenas estadísticas y una gran reputación en la misma.
Pero cuando mencionamos el nombre de Miguel Cabrera, hay que hacer un stop, ya que en mucho tiempo, la vinotinto de las alturas tardó mucho en tener un jugador que tenga en su haber, durante 21 campañas en la Gran Carpa, más de .300 de promedio de bateo, más de 3,000 hits, más de 600 dobles y más de 500 jonrones, y que estuviese en el circulo de peloteros legendarios que reúnan, por lo menos, 3 de los encasillados que mencionamos anteriormente.
No nos malinterpreten, las figuras que mencionamos temprano, provenientes de la tierra de la arepa y la cachapa, fueron peloterazos, excelentes jugadores, pero al citar a Cabrera, se paran las aguas por completo, ya que es el único pelotero venezolano que acumula gran parte de los números que más adelante lo harán merecedor de una entrada al Salón de la Fama de Cooperstown.
Cabe resaltar que El Tigre Mayor, o Miggy, como popularmente es conocido, acumuló promedio de .306, 3,174 hits, 627 dobles, 17 triples, 511 vuelacercas, 1,881 carreras remolcadas y 40 bases robadas en 21 temporadas, además de ganar la Triple Corona de bateo de la Liga Americana, obtener 2 veces el premio de Jugador Más Valioso de dicha liga, ser campeón de Serie Mundial en el 2003 con los Marlins de Miami, participar en 12 Juegos de Estrellas, ganar 4 títulos de bateo en el Joven Circuito y lograr 4 Bates de Plata.
Ahora bien, no todo a sido color de rosa para el nativo de Maracay, Venezuela. En el pasado, específicamente en el 2011, enfrentó problemas de adicción al alcohol, y que por poco amenazaban con tronchar su paso por el béisbol de las Grandes Ligas, si llegaba a continuar con esa situación; pero con la ayuda del entonces presidente de operaciones de los Tigres de Detroit, Dave Dombrowski, y de sus compañeros de equipo, entre ellos, su compatriota Carlos Guillén, logró superar esa crisis y pudo salir adelante con su carrera, convirtiéndose en un verdadero ejemplo de superación, y de que los problemas dentro y fuera del terreno de juego, pueden ser superados con persistencia y deseos de pasar la pagina.
En conclusión, a nuestro juicio, podemos decir que si el béisbol venezolano en las Grandes Ligas fuera una persona, tendría que ser José Miguel Cabrera Torres.
¡Gracias por todo Miggy!