Por Elda Cantú
Gaza e Israel están en guerra. La situación ha llamado la atención mundial y en las redes sociales también se libra una batalla por la opinión pública, al circular imágenes muy fuertes de la violencia de los últimos días.
Al cierre de este boletín se reportaban más de 900 fallecidos y más de 2600 heridos en Israel, mientras que las autoridades en Gaza informaron que al menos 687 palestinos habían muerto y al menos otros 3726 se reportaban heridos.
Israel, a través de su ministro de Defensa, ordenó un “sitio total” de la Franja de Gaza el lunes. El territorio costero, densamente poblado, vive bajo un bloqueo desde hace 16 años.
Por su parte, Hamás, el grupo militante que controla el territorio, amenazó con ejecutar rehenes civiles si los ataques aéreos afectaban a los habitantes de Gaza “en sus hogares sin aviso”.
Así lo informaron Isabel Kershner, la corresponsal del Times en Jerusalén, y el reportero Aaron Boxerman en el tercer día de combates en la frontera entre Gaza e Israel.
Pero ¿cómo comenzó este episodio? El sábado, cuando se celebraba la festividad judía que marca el final del ciclo anual de lecturas semanales de la Torá, un ataque en varios frentes tomó por sorpresa a Israel y sus fuerzas de inteligencia.
Esa mañana cayeron sobre Israel miles de cohetes, algunos incluso llegaron hasta Tel Aviv y las afueras de Jerusalén, zonas que suelen estar al margen de los ataques debido al Domo de Hierro, el sistema israelí de defensa aérea. Poco después, hombres armados infiltraron comunidades israelíes por cielo, mar y tierra y tomaron decenas de rehenes. Fue el mayor ataque contra Israel en décadas, 50 años después de la guerra de Yom Kippur.
Benjamín Netanyahu, primer ministro de Israel, respondió en un comunicado televisado: “Estamos en guerra y vamos a ganarla”. Muhammed Deif, líder militar de Hamás, dijo que su grupo lanzaba esta “operación” a fin de que “el enemigo comprenda que el tiempo de su violencia impune ha terminado”.
El ataque de Hamás, junto con otros conflictos recientes a nivel mundial, entre ellos la guerra de Rusia en Ucrania, son signos de una tendencia global más amplia: el avenimiento de un mundo multipolar y el deterioro del liderazgo de Estados Unidos.