El Stratolaunch, del cofundador de Microsoft Paul Allen, ha sido proyectado para poner cohetes en órbita
En desarrollo desde 2010, Stratolaunch Systems presentaba ayer en público el Scaled Composites Model 351, aunque todo el mundo lo llama Roc, un peculiar avión de doble fuselaje y seis motores, el más grande del mundo.
Fabricado fundamentalmente en materiales compuestos, mide 117 metros de una punta a otra de sus alas, lo que lo hace el avión más grande del mundo en cuanto a envergadura, aunque con sólo 72 metros de largo es más corto que un Boeing 747 o un Airbus A380. Todo esto hace que pueda cargar hasta 250 toneladas bajo la sección central de su ala, que será dónde vayan colocados los cohetes que lance desde un poco menos de 11 kilómetros de altitud.
.@Stratolaunch came out of the hangar for fuel testing. More pictures soon! pic.twitter.com/RCNgSpgG6W
— Paul Allen (@PaulGAllen) May 31, 2017
Lanzar un cohete desde un avión tiene sentido porque permite usar cohetes más sencillos y menos potentes que prescinden de la primera etapa que tradicionalmente se pierde en los lanzamientos, lo que aumenta considerablemente el coste; el avión es el que hace, poco más o menos, la función de la primera etapa, con la diferencia de que se puede volver a utilizar.
Además, desde la altitud a la que lanzará los cohetes el Roc la mayoría de los fenómenos meteorológicos, causa muy frecuente de cancelaciones de lanzamientos, dejan de ser un factor porque se producen por debajo.
¿Negocio?
Pero el problema es que quizás el Roc no tenga un modelo de negocio claro.
Cuando se comenzó su diseño, la idea era que SpaceX creara una versión del Falcon 5 compatible con él que permitiera colocar una carga útil de 6 toneladas en órbita baja terrestre, aunque SpaceX no tardó en retirarse del proyecto. Lo intentó después Orbital ATK con el Pegasus II, un cohete que habría tenido una capacidad similar y que no es sino una versión mejorada del Pegasus que utiliza para sus propios lanzamientos aéreos desde el Stargazer, pero el Pegasus II tampoco salió nunca del tablero de diseño.
Así que al final Roc será utilizado –si no hay otro cambio de planes– para lanzar cohetes Pegasus XL de Orbital. Pero son cohetes relativamente pequeños –cada uno pesa unas 23 toneladas– lo que desaprovecha mucho las capacidades del Roc por mucho que vayan a ser lanzados de tres en tres; además, cada Pegasus XL sólo es capaz de colocar en órbita cargas útiles de poco más de 400 kilos, lo que queda muy lejos de las seis toneladas previstas inicialmente.
Y para esto Orbital ATK ya ofrece lanzamientos desde su Stargazer, un avión que puede operar desde pistas de un tamaño mucho más normal que los más de 3000 metros de pista que necesitará Roc para despegar. Virgin Galactic, con su Launcher One, que será lanzado desde un Boeing 747 modificado, también ofrecerá capacidades similares a las del Stargazer. Ambos con costes de lanzamiento y operativos mas bajos que los que pueda llegar a ofrecer Stratolaunch.
«Esto marca el fin de la fase inicial de construcción de la aeronave y el comienzo de la fase de pruebas en tierra (…): motores y taxeo [desplazamiento por pista] antes del primer vuelo», ha indicado Jean Floyd, consejero delegado de la empresa, en un comunicado con motivo del inicio de la fase de pruebas. «Stratolaunch está en la vía para realizar su primera demostración de lanzamiento [al espacio] en 2019», ha precisado Floyd.
En cualquier caso, aún falta tiempo para que Roc vuele, ya que no está terminado; y aún cuando esté terminado habrá que hacer las pruebas necesarias, con lo que no está previsto que haga su primer lanzamiento antes de 2019. Luego vendrá lo de demostrar que es económicamente viable.