Por: Janet Báez

Queridas autoridades,

Hoy quiero reflexionar sobre el orgullo que sentimos cuando nuestros atletas representan a nuestro país. Sin embargo, este orgullo no debe limitarse a los momentos de competencia; debemos mirar más allá y hacer una radiografía de nuestra juventud, quienes son el futuro de nuestra nación.

Es fundamental que comencemos desde las escuelas a implementar programas que fortalezcan a nuestros niños y jóvenes. Debemos apoyarlos desde sus inicios, no solo cuando están a punto de participar en eventos como los Juegos Olímpicos. Hay tantos talentos ocultos en nuestros barrios, pero muchos de ellos quedan en el camino debido a la falta de recursos y apoyo.

Además, es crucial respaldar a esos clubes deportivos que, con sacrificio, resiliencia y empatía, tratan de ayudar a nuestros niños y jóvenes. Este gobierno ha asumido el arreglo de canchas, lo cual es un gran paso, pero queremos más: necesitamos un acompañamiento constante desde las escuelas hasta los clubes deportivos. El Ministerio de Deporte debe asumir un papel más activo y comprometido en brindar apoyo directo a nuestros deportistas, asegurando que tengan acceso a los recursos necesarios para su desarrollo.

Hagamos un compromiso real para invertir en el desarrollo deportivo y personal de nuestros jóvenes, brindándoles las oportunidades y herramientas necesarias para alcanzar sus sueños. No dejemos que el dinero sea un obstáculo para su crecimiento. Juntos, podemos construir un futuro brillante para ellos y para nuestro país. Con esperanza y determinación.