¡Cuánto aportó con sus 24 años de vida que tuvo! «Un alma en estado de gracia nada debe tener a los demonios, sino que ellos le huyen». La más joven de todos los Doctores de la Iglesia nos recomienda: «para ser santo escoge todo. Todos los sufrimientos, todos los desafíos, todas las cosas buenas». Sufriendo gravemente se encuentra Santa Teresita con María, su Madre del Cielo y de ternura. Curó, y quiso dedicar su vida al cuidado que de ella haría la Misericordia Divina en el Carmelo. La Pequeña Flor, la Patrona de las Misiones, la niña de los ojos del pontificado del Papa Pio XI, sufrió mucho en el monasterio, pero en silencio. Nunca se quejó de la dureza de esta vida ni de las monjas. Dió todo, sin reservarse nada. ¡He aquí el Camino de la Santidad!