Los humildes pescadores olvidaron su origen. Ahora quieren ser señores poderosos y violentos. La Cruz del Señor les devolvió a la realidad. Nunca olvidemos de donde venimos. La vida son solo dos días. En uno estás arriba y al otro abajo…. Así la vida se va sucediendo y de golpe. La mayor gloria es mirar a la Cruz que es el servicio a los demás. De ella participamos por pura Misericordia. Lo nuestro es trabajar honradamentepara poder comulgar en familia en la Mesa de los hijos de Dios, y repartir de ese Pan a los necesitados. Somos sirvientes del Reino de Dios. Cada mañana tenemos que comenzar desde cero, bien abajo porque todos somos iguales. Nuestras relaciones desde el respeto mutuo y la buena educación. Demos gracias si llevamos una vida simple y muy sencilla, sin poses ni segundas intenciones. Sin maquillajes ni adherentes. Aceptamos ser los últimos. Renunciamos a los reconocimientos. Queremos dar la vida por quienes lo necesitan.