En el día de la Constitución, la carta magna que da cohesión y funcionamiento a este país pedimos en esta Santa Misa que nuestra tierra recuerde la alianza del Dios de la Paz fundamentada en la familia y en la libertad de la responsabilidad de sus hijos con el trabajo honesto.
¡Qué la meta de todo dominicano sea construir el Reino de Dios y que nuestro estilo de vida sean los mandamientos de la ley de amor divino!.
Al Santísimo Sacramento, a su Madre, la Virgen María, y a San José, Nuestro Padre, consagramos la República Dominicana.