A pesar de los esfuerzos no logrados por los pasados legisladores del Congreso de la República (2020-24), para modificar la ley de alquileres que lleva por número el 4314 y aunque tuvo algunas modificaciones mediante también ley 17-88, para darle más autoridad al Banco Agrícola sobre el control y recepción de los valores entregados en calidad de depósitos, el marco legal de los alquileres en dominicana es viejo, data del año 1955, exactamente tiene de vida legal de 69 años.
En el país no pude encontrar ninguna fuente que identificara el año del surgimiento de la figura jurídica/comercial de los alquileres y rentas; mientras que, en su génesis histórica en otras latitudes se ubica en la antigua Roma, en los 218 años antes de cristo, ante el aumento de la población que ascendía a 330,000 personas, para las cuales se construyeron edificaciones de hasta de tres pisos con el propósito de ser rentado.
Entre ausencia de conocer la época del surgimiento de los alquileres en el país, la antigua ley dominicana que rige la materia y los meses finales del año 2024, en dominicana estamos siendo testigos de la dimensión que ha adquirido el tema de los alquileres de inmuebles, pero no por razones del surgimiento de un mercado social que crea una red con la finalidad de amplificar quejas de rentas abusivas para los inquilinos con contrato privado, sino, porque parece que se pone de moda que entidades oficiales alquilen edificaciones con el fin de instalar oficinas para servicios públicos a los ciudadanos.
Atraído por la moda de los alquileres públicos, esta opinión quiere sumar, desde la acera de aportar datos oficiales y lectura de los mismos, con el objeto de que puedan ser de utilidad para enriquecer la discusión de la que se ha hecho eco los medios impresos (MI), así como la televisión (TV), radio (R) y, naturalmente, no sin quedarse atrás las redes sociales (RS). Tal vez las referidas redes puedan ser igual o mayor que la suma de los medios tradicionales, quedando expresada en una desigualdad o inecuación como que: RS ≥ MI +TV + R.
Sin entrar en la discusión de si los alquileres públicos son caros o no por metro cuadrado, lo indiscutible es, que un contrato de alquiler implica obligación de pago y por esa vía, un gasto público, el que como tal es registrado por la contabilidad gubernamental y publicado periódicamente bajo el sistema integrado de gestión financiera (SIGEF), conforme al manual de contabilidad presupuestaria y otros dispositivos de carácter normativos.
Basado en los datos que publica semanalmente la Dirección General de Presupuesto (DIGEPRES), el gasto público objetal ejecutado durante los últimos 8 años -no es necesario más años por su representatividad para articular la presente opinión-, tanto en pesos, como su conversión en dólares y, también, por el peso relativo dentro del total gastado cada año, apuntan a afirmar, con el soporte de la evidencia de los datos, que el gasto público en alquileres y rentas crece anualmente y ese solo hecho merece prestarle atención, por el reducido espacio fiscal que tiene el presupuesto nacional para programas y proyectos de impactos social y económico.
El gasto público total en alquileres del periodo 2017 al 2020 fue de RD$ 16,811 millones frente al del lapso de tiempo del 2021 al 2024 que es de RD$ 27,657 millones, para una diferencia incremental de RD$ 10,846 millones. El monto del año 2024 fue el ejecutado hasta octubre y los meses restantes de noviembre y diciembre, fueron estimados. Convertidos a dólares, sobre la base de la tasa de cambio promedio de cada año de los periodos considerados, el gasto en alquiler público es de US$ 316 millones (2017-2020) vs US$ 487 millones (2020-2024), para también una disparidad equivalente a US$ 171 millones. Si el análisis se traslada a lo relativo, el gasto en alquiler sobre el gasto público total, el indicador se mueve entre un 0.50 % a un 0.60 % dependiendo del año del periodo 2017 al 2020 y el del lapso de tiempo del 2021 al 2024 es de un 0.52 % a un 61 %.
El indicador mostrado en la última parte del párrafo anterior puede resultar engañoso, porque las finanzas públicas, en el componente del gasto, a partir del 2020 presentó una expansión que ha llevado a que se duplique en los últimos 5 años, promovido inicialmente por la pandemia de la COVID-19 y que luego no se ha desmontado.
Solo queda por terminar diciendo que lo gastado en alquileres públicos es mucho en pesos, en dólares y en porcentajes.