El pasado 6 de febrero el Papa Francisco compartió su mensaje de la penitencia cuaresmal que se realiza con la esperanza que nos trae la Iglesia con el anuncio de la victoria de Cristo sobre el aguijón de la muerte.

Jesús muerto y resucitado es el centro y la fuerza de nuestra fe.

La invitación que nos hace el Papa Francisco es que caminemos en esperanza.

No nos estanquemos. Caminemos, pero juntos.

Aclamemos con San Pablo Apóstol: Ni muerte, ni vida, ni ángeles, ni principados, ni presente, ni futuro, ni potencias, ni altura, ni profundidad, ni criatura alguna podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro” (Rm. 8,38-39).

Jesús, nuestro amor y nuestra esperanza, ha resucitado.

La Doctora espiritual, Santa Teresa de Jesús, nos ha dicho: «Espera, espera, que no sabes cuándo vendrá el día ni la hora. Vela con cuidado, que todo se pasa con brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto dudoso, y el tiempo breve largo» (Exclamaciones del alma a Dios, 15, 3).

Pidamos con el Papa Francisco: Que la Virgen María, Madre de la Esperanza, interceda por nosotros y nos acompañe en el camino cuaresmal.