Si viajas Alemania con un fidget spinner, el juguete giratorio que causa furor entre niños de todo el mundo, es probable que las autoridades aduaneras lo requisen.
Solamente en mayo, agentes del aeropuerto de Frankfurt, la quinta ciudad más grande del país, confiscaron un total de 35 toneladas de fidget spinner importados desde China.
La razón detrás de su decomiso es que consideran que estos juguetes -dispositivos de tres puntas con un centro giratorio que se hacen rotar con las manos- son «peligrosos» para los niños.
«Hemos llevado el material confiscado a las autoridades competentes para que evalúen qué hacer con él», le dijo a BBC Mundo Christine Strass, vocera de la Oficina de Aduanas del aeropuerto de Frankfurt.
«Todavía no sabemos qué ocurrirá con los fidget spinner. Una posibilidad es que acaben siendo destruidos. O puede que sean exportados o que se vean sujetos a nuevas normas, pero eso llevará un tiempo y dependerá de organismos reguladores«, advierte Strass.
Según el servicio alemán de aduanas, el fidget spinner, que nació con el propósito de ayudar a niños con autismo o trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), es un juguete potencialmente «inseguro».
«Una amenaza»
«Puede suponer una amenaza, especialmente para los niños pequeños», explicó Strass en un comunicado.
«Por ejemplo, las luces LED pueden desprenderse fácilmente y los niños se las pueden tragar».
Además, las autoridades alemanas dicen que no cuentan con la marca CE (Conformidad Europea), la cual indica que cumplen con los requisitos legales necesarios para poder ser comercializados de acuerdo con la legislación europea en cuanto a salud, seguridad y protección del medio ambiente.
«Tampoco incluyen referencias de las compañías o individuos responsables de su fabricación ni de su embalaje», dijo Strass.
Pero esta no es la primera vez que el popular juguete, que fue inventado hace más de dos décadas, causa controversia.
Muchos educadores consideran que el dispositivo distrae a los niños y que resulta «molesto», por eso algunos colegios los están prohibiendo en sus aulas.
En cuando a las autoridades alemanas, es habitual que requisen productos para su supervisión, especialmente si provienen del país asiático.
Solamente en 2016 incautaron más de 190.000 aparatos -incluidas cámaras, detectores de humo, cargadores de celulares, planchas de pelo y relojes inteligentes- la mayoría de ellos provenientes de China y Taiwán.
Todos fueron clasificados como «peligrosos» por las organizaciones que los inspeccionaron y fueron posteriormente retirados del mercado.
En cuanto a los fidget spinner, todavía no está claro qué ocurrirá.
¿Quiere decir eso que a partir de ahora el aeropuerto de Frankfurt requisará todos los fidget spinner que lleven sus pasajeros?
«No tenemos esa información todavía», responde Strass. «Primero habrá que tomar decisiones».