El Gobierno de la República Dominicana ha decidido recorrer el camino de la abstención en el seno de la Organización Estados Americanos en lo referente a la profunda crisis de Venezuela.
Ha preferido enterrar la cabeza para no ver lo que en ese hermano país está ocurriendo con decenas de muertos, presos políticos y represión para sustentar un régimen que ha decidido volarse todas las reglas institucionales que en una oportunidad impusieron los mismos que gobiernan.
La irresponsable posición de querer escurrir el bulto en un desenfocado sentido de gratitud convierte al país en cómplice por omisión de cuanto ocurre en Venezuela.
Reiteramos lo que hemos planteado en otra ocasión: el Gobierno y el pueblo dominicano tienen una deuda enorme de gratitud con el pueblo venezolano y con su democracia.
La abstención frente a la tragedia social que viven los venezolanos constituye un acto de irresponsabilidad y de agravio para quienes sufren los desmanes de un régimen desbordado.
En el punto en que está Venezuela resulta difícil ver una certera solución.
Sobre todo cuando el país se encuentra doblegado por una crisis económica y una creciente inflación.
Dicho de otra forma, hoy más que nunca la comunidad internacional debe emplearse a fondo para preservar la continuidad democrática en ese país.
Cuando los dominicanos lo necesitaron, Venezuela no se abstuvo, y siempre tuvo claro que su solidaridad era con el pueblo, no con el Gobierno.
Fuente: Diario El Día